La foto publicada de un niño sirio de tres años ahogado y arrastrado a la costa de Turquía, refleja lo que está ocurriendo hace más de cuatro años y que va camino de convertir 2015 en el mayor número de personas refugiadas y desplazadas de la historia.
El impacto generado por algunas imágenes en los medios de comunicación ha conseguido avergonzar a la Unión Europea. La foto de Aylan ha sido un revulsivo para que los gobiernos locales y la ciudadanía reaccionen con una ola de solidaridad ciudadana que ha dado lugar a numerosas iniciativas relacionadas con la puesta en marcha de donaciones, alojamientos, alimentos, ropa y otras necesidades; y para que la Comisión Europea triplique la cuota de personas refugiadas que propuso en mayo. El gobierno de España, si bien se opuso en un principio, acepta ahora la cuota por cuatro veces más, comprometiéndose a acoger a 14.931 personas y destinar 13 millones de euros a ONG que trabajan con refugiados. Este cambio de actitud del gobierno español se produce tras las movilizaciones de la ciudadanía y ayuntamientos como Madrid y Barcelona, que se han unido a una extensa red de municipios dispuestos a acoger personas refugiadas.
Detrás de aquella foto, 3.500 muertes en 2014 y casi 2.800 personas han perdido la vida durante este año; y según datos de Naciones Unidas, más de 11 millones (aproximadamente la mitad de los habitantes de Siria) han tenido que abandonar sus casas en busca de refugio seguro: 8 millones son desplazados internos y 4 millones viven en los países fronterizos, muchas familias con la idea de llegar a Europa.
Refugiados que huyen de los conflictos armados de Oriente Próximo (Siria, Irak, Afganistán, Eritrea) y se dirigen principalmente a Alemania y Suecia a través de rutas de tránsito que pasan por Grecia, Macedonia, Serbia y Hungría. Ésta última, superando todos los límites morales, al cerrar fronteras y endurecer la ley de inmigrantes, ha hecho que el éxodo vire hacia Croacia, como nueva ruta para alcanzar Europa occidental. Países como Alemania y Austria han suspendido temporalmente los acuerdos europeos de Schengen para reclamar la documentación reglamentaria para entrar en el país.
En los primeros seis meses de año, más de 430.000 personas han solicitado asilo en los países europeos. El fin de la capacidad de absorción de los países fronterizos de zonas de conflicto está produciendo un efecto empuje hacia Europa entrando por Italia, Grecia y Balcanes.
No hay que confundir los motivos de huída que fundamentan la necesidad de protección internacional con otras vulneraciones de derechos que son origen de los movimientos migratorios por motivos económicos, los cuales también merecen un tratamiento desde el enfoque de derechos humanos, pero a los que no se aplica la normativa internacional y europea de asilo.
El derecho que asiste a las personas refugiadas es una rama del derecho internacional que se le relaciona con los derechos humanos, la protección a los refugiados y el derecho internacional humanitario. Les asiste el estatuto de refugiado y el estatuto de beneficiario de protección internacional. En el caso de Europa no es sólo una cuestión de solidaridad, sino también de legalidad: en virtud de los tratados internacionales y locales de derechos humanos, las personas refugiadas tienen derecho a solicitar asilo y la Unión Europea tiene la obligación jurídica y moral de concederlo.
Fracaso de las políticas migratorias europeas. Respuesta insuficiente, descoordinada e insolidaria. Los dramas que estamos presenciando son el síntoma de las políticas migratorias más restrictivas aplicadas por Europa, con medidas de rechazo en frontera y el querer convertir en problema de seguridad lo que es, en verdad, un problema social; así sustituyó su Operación Mare Nostrum, destinada al rescate de personas, por la Operación Tritón, cuyo objetivo es el control de fronteras (Frontex, Eurosur). En lugar de proteger a las víctimas se ha optado por bloquear fronteras y aumentar los controles, además de establecer sistemas de cuotas entre los países europeos miembros sobre un número completamente alejado de la realidad. Así en principio, se ha programado el reasentamiento para 40.000 personas, a los que habría que sumar el traslado de 120.000 solicitantes de asilo que se encuentran en Italia, Grecia y Hungría, cuando el ACNUR, El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, estima para 2015, que 900.000 personas necesitan ser reasentadas urgentemente.
La Unión Europea, integrada por 28 países de los que 12 figuran entre los 25 más ricos del mundo, está incumpliendo los convenios internacionales asumidos en esta materia y sólo acogería el 2% de las personas refugiadas sirias, cuando países vecinos como Jordania (630.000 refugiados sirios), Egipto (150.000), Irak (250.000), Turquía (1,9 millones) o en el caso del Líbano, donde la población refugiada alcanza 1,1 millones, lo que supone mucho más que la población acogida por toda Europa.
Movilización ciudadana. Ante los desacuerdo por el reparto de cuotas que ridiculizan a Europa y avergüenzan a sus ciudadanos conscientes y comprometidos, son muchas las propuestas ciudadanas que en toda Europa ofrecen acoger a las personas refugiadas a través de redes como welcome refugees o la creación de la red de ciudades refugio en España, o la que ya existe Red Estatal de Acogida.
La situación no es coyuntural, sino estructural. No es algo nuevo sino una situación permanente en muchas zonas del mundo, y la solución no está en adoptar solamente medidas de emergencia, sino en afrontar un cambio profundo en los temas de inmigración, derecho al asilo y el respeto a los derechos humanos. Hay que actuar sobre las causas de las desigualdades y los éxodos, sobre las causas de las guerras y el empobrecimiento. Es hipocresía política si sólo se acoge a quienes huyen del fuego, pero no se adoptan los medios necesarios para apagar los incendios provocados en las diferentes zonas del mundo. Si no vamos a las causas de poco sirve lamentar las consecuencias.
En este contexto global de desplazamiento forzado sin precedente en la historia que ha obligado a más de 60 millones de personas a huir de sus hogares como consecuencia de los conflictos, la persecución y las violaciones de derechos humanos, la Unión Europea debe dar respuesta a la situación de las personas refugiadas que llegan a nuestras fronteras:
- Cumplir los convenios internacionales, las directivas y reglamentos europeos en materia de asilo y refugio.
- Establecer vías legales y seguras para entrar en Europa.
- Abrir un corredor humanitario que permita la llegada de refugiados en condiciones dignas, seguras y legales.
- Reconocimiento del estatus de refugiados y la concesión de visados humanitarios.
- La ampliación de la reunificación familiar.
- Acompañar a las personas que llegan con políticas de integración eficientes.
- Aliviar la inmensa presión sobre los países con fronteras en zonas de conflicto, mediante un programa de reubicación de emergencia.
- En los campos de refugiados fomentar un mayor desarrollo humano de las personas refugiadas, incluyendo educación y salud infantil y adulta.
- Tomar medidas diplomáticas que pongan fin a las guerras y conseguir una paz sostenible en todos los países afectados por conflictos.
¿Cuánto tiempo durará esta toma de conciencia del drama humano y cuál será el impacto real de las decisiones de nuestros gobernantes? Cumplamos gobiernos y ciudadanía comprometidos con el deber de denunciar las causas y a sus responsables y exigir un orden mundial justo. Queremos una ciudad, un país que respete los derechos humanos no sólo ahora sino siempre y en cualquier circunstancia humanitaria.
CONCEPTOS CLAVES PARA ENTENDER LA SITUACIÓN DE LAS PERSONAS REFUGIADAS
- Refugiado: persona que se encuentra fuera de su país de origen por tener un temor fundado de persecución por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a determinado grupo social u opiniones políticas (Convención de Ginebra, 1951).
- Solicitante de asilo: persona que solicita protección internacional y que se encuentra a la espera de una decisión. Cualquier procedimiento de expulsión, devolución o extradición que pudiera haber en curso, quedará paralizado a la espera de la resolución de la solicitud de asilo. El derecho de asilo está contenido en la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 y desarrollado en la Convención de Ginebra de 1951 y otros tratados internacionales.
- Desplazo interno: persona que ha sido forzada a salir de su hogar debido al conflicto o a la persecución; o a un desastre natural o a otra circunstancia inusual de este tipo. A diferencia de las personas refugiadas, las desplazadas internas permanecen en su propio país.
- Inmigrante irregular: persona que se encuentra en un país sin la documentación requerida para permanecer en él. Las personas refugiadas a menudo no tienen más alternativas que cruzar las fronteras de forma irregular. De acuerdo con la Convención de Ginebra de 1951, estas personas no deben ser penalizadas (ni detenidas ni multadas) por este motivo.
- Inmigrante económico: persona que abandona normalmente su país de origen de manera voluntaria para establecerse en otro, buscando un empleo o mejores condiciones de vida. Por lo general, pueden regresar a sus países de origen cuando lo deseen y no requieren protección internacional.
- Protección internacional: consiste en asegurar que las personas que sufren violaciones de derechos humanos (incluyendo guerras y persecuciones) o estén en riesgo de sufrirla, puedan disfrutar de los derechos humanos básicos.
- Principio de no devolución: obligación de los Estados de no devolver a una persona a un lugar donde su vida o su integridad física pudiera correr peligro.
Por MARÍA COBOS
Comments