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ALEMANIA EL DESTINO DE LOS JÓVENES ESPAÑOLES

Tras finalizar la carrera de Psicología y realizar algunas prácticas no muy bien remuneradas en España, María decidió que quería seguir avanzando en su vida y experimentar un tiempo en otro país. Tras un largo verano recopilando información en diferentes foros de Internet, emprendió la aventura, el destino, Munich, Alemania. Allí esperaba una nueva vida llena de oportunidades pero, también, de grandes retos: el idioma, fue uno de los mayores.

Los comienzos de María, no fueron tan duros, ya que contaba con algunos conocidos que ya vivían en Munich desde hacía años , y enseguida conoció a algunas personas de la comunidad española, gente que llegó a la vez que ella, en la misma situación, comenzando una nueva vida en Alemania.

Verdaderamente,  este grupo supuso para ella, en sus comienzos, un gran punto de apoyo, donde no sólo poder hablar de la experiencia que se estaba viviendo en ese momento, sino que se llegó a crear un vínculo como de familia, donde  a cada problema, al que se iban enfrentando en el día a día, siempre había alguien que podía dar una respuesta.

Y a través de encuentros con grupos de españoles fue como María consiguió su primer trabajo. Lo último que ella imaginaba, tras terminar la carrera de Psicología y decidir emprender su aventura en Alemania, era que acabaría doblando ropa de 21:00h. a 6:00 de la mañana. Era en una compañía Americana recién instalada en München, Alemania. Visto así no sonaba muy alentador, pero tras un mes en Alemania, un mes estudiando alemán intensivo desde nivel 0, era una oportunidad que María pensaba que no había que dejar pasar.

Cuando tomó la decisión de ir a Alemania, su familia pensó que esta aventura duraría un mes y  que,  tras esto, ella volvería a España. Pero la vida, le presentó una oportunidad que posiblemente cambió su destino para siempre:  comenzar un nuevo trabajo, quizás no el deseado, tras finalizar unos estudios universitarios; pero el que con esfuerzo e ilusión llevaría a María años más tarde a otras oportunidades mejores.

Casualidades de la vida hicieron que, durante su primer año, coincidiera con personas desconocidas en ese momento, que acabarían siendo tiempo más tarde sus mejores amigos y como una familia en Alemania.

Uno de ellos fue Julio, quien coincidió con María en su primera entrevista de trabajo. Ninguno de los dos sabía qué les depararía ese día. Julio 29 años, licenciado en periodismo, con varias prácticas en España en diferentes compañías, apasionado de los idiomas, anteriormente vivió en Estados Unidos durante un año, y tras la crisis en España decidió probar suerte en Alemania. Coincidió con ella en la entrevista, pero, pese a dominar mejor el idioma, no fue seleccionado. Un tiempo después fue elegido para una escuela de idiomas, donde es profesor de Inglés, y disfruta de un ambiente muy internacional. Le apasiona su trabajo, aunque considera que el salario no dista mucho de lo que encontraría en España.

Otra de las personas fue Pablo, a quién María conoció en su primer trabajo. Pablo 27 años, Teleco, también dejó España al terminar la carrera, y pensó que Alemania podría ser un buen destino de cara al futuro con perspectivas laborales. Tras un año estudiando y trabajando con María, Pablo fue seleccionado por una Empresa en España para trabajar de lo suyo y abandonó Munich. Para ella fue una alegría saber que uno de sus mejores amigos podía empezar a trabajar de su carrera en España, pero a la vez suponía decir adiós a un punto de apoyo importante para ella en Alemania.

Pilar, 28 años, Magisterio Infantil, quien tras estar un año de voluntariado en Berlin, vio una oferta en Internet donde decía que buscaban gente para guarderías y decidió venir a Munich, donde comenzó su nueva vida. Para Pilar la primera toma de contacto no fue tan dura, ya que había tenido experiencia previa siendo voluntaria en ambiente internacional y los trámites burocráticos se los facilitó una empresa desde España. Pilar considera que se siente valorada a nivel profesional y ha conseguido dominar el idioma a un nivel alto, pero a la vez siente que le gustaría poder tener esta misma oportunidad en España.

Así como Pablo, también Marta, 30 años,  Administrativo, quien, tras un mes  en Alemania, conoció a María en su primer trabajo donde se hicieron buenas amigas. Marta conoció a su actual pareja  en Alemania con el que tuvo un niño y tiempo más tarde decidieron trasladarse a Mallorca por oportunidades de trabajo y estar cerca de la familia.

Raquel, 27 años, Farmacéutica, tras estudiar la carrera en España, estuvo viviendo varios años en Inglaterra y más tarde eligió Alemania como destino para su nueva aventura. Aquí consiguió un trabajo en Investigación, ella puede desarrollar su trabajo pero a un nivel inferior a su categoría de estudio, lo que a veces le frustra. El idioma sigue siendo una gran barrera para ella, que le impide cambiar de trabajo. Su trabajo actual es en inglés, se plantea en un futuro cercano volver a España, pero de momento no encuentra oportunidades allí.

Entre las diferentes personas que María ha ido conociendo en estos años en Alemania, coinciden en las dificultades que se les presentaron a la hora de buscar una vivienda, donde los precios son muchos más altos que en España y escasea el número de alojamientos. En ciudades como Munich, el reto de encontrar un lugar donde vivir se presenta más difícil que el encontrar un trabajo, pese a no dominar el idioma.

Otro tema en el que coinciden sus opiniones es en el de la burocracia. A la dificultad del idioma, se le suma una maratoniana carrera de obstáculos por conseguir entenderse con los funcionarios de los diferentes organismos públicos y solicitar y presentar documentos para cada movimiento que se hace.

María también compartió experiencias y coincidió en opiniones con otras personas para las que la iglesia católica había supuesto un fuerte apoyo durante la estancia en Alemania. En su caso,  personas vinculadas a la Institución Teresiana fueron, desde el primer día que llegó, como su familia. En todo momento se sintió que en la aventura que emprendía no iba a estar sola.

Sin duda, los tres años que María lleva en Alemania han supuesto para ella crecer en muchos sentidos:  aprender a ser autónoma ; enfrentarse diariamente a nuevos retos, que quizás estando en España en un entorno de confort familiar nunca se habría enfrentado; descubrir una nueva cultura, una forma diferente de ver y de estar en el mundo; aprender de cada persona que ha ido encontrando en el camino de diferentes culturas; experimentar  que se puede vivir con muy poco, como cuando llegó con una maleta y mochila; y llegar a conseguir ,con ilusión y sin perder la fe, todo lo que se proponga; que pese a estar sola en un país que no es el tuyo puedes sentir que personas desconocidas pueden llegar a ser como parte de tu familia; que vivir es un continuo aprendizaje; y no tener miedo a vivir en la incertidumbre, confiando en que el camino que tomes siempre será el correcto.

Por AZUCENA BLANCO

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