ACTUALIDAD

EUROPA DEJA DE LADO A LOS REFUGIADOS

Mohamed es un apasionado de la fotografía y una cámara le acompaña a todas partes. No ha cumplido todavía los 18 años y desde enero espera en una isla griega una solución a su futuro. Salió de Siria -forzado por la violencia y la guerra- para poder vivir en un lugar seguro y continuar una vida que de momento está atrapada en Grecia. No es el único. Mientras en el país heleno casi 60.000 personas esperan una respuesta, Europa no ha cumplido su compromiso en materia de acogida de refugiados. No solo ha incumplido su compromiso sino que se ha quedado muy lejos de conseguir el objetivo.

La guerra en Siria y la violencia en Irak, Afganistán, Pakistán, Eritrea, Nigeria, Gambia y Guinea provocó que cientos de miles de personas huyeran de sus casas. Se aventuraron en una peligrosa travesía en barca para llegar a Europa, en la que han fallecido casi 8.000 personas desde enero de 2016 hasta el pasado 11 de octubre. Llegaban con la idea que se les había vendido desde aquí de que Europa era la tierra de la solidaridad y el respeto de los derechos humanos, pero esa percepción se esfumó cuando se toparon con las fronteras cerradas y obligados a vivir en campamentos donde las condiciones de vida eran, y lo siguen siendo, indignas para el ser humano. “Yo pensaba que nos ayudarían en todos los sentidos, para olvidar la guerra y el sufrimiento que hemos pasado antes en Siria. Hemos llegado aquí y es como otra guerra. Es como una guerra para la mente” comenta el joven Mohammed.

En 2015, 1.046.599 de personas llegaron por mar a Europa, principalmente a Grecia e Italia según los datos de la Organización Internacional para las Migraciones. Muchos continuaron su viaje a pie, en autobús o tren hasta países del centro y norte de Europa. En el caso de Grecia, los Balcanes fue la ruta que emplearon para llegar a su destino. El primer paso era cruzar la frontera con Macedonia por Idomeni, un pequeño pueblo fronterizo griego que contaba con unas vías de tren empleadas a modo de guía para continuar la ruta. Por este paso cruzaron más de medio millón de personas entre el 1 de septiembre y el 27 de noviembre de 2015, según datos de ACNUR. Un día después, el 28, Macedonia inició la instalación en ese punto de una valla para impedir que los refugiados continuaran su camino. Mientras, miles y miles de personas seguían llegando. Durante los meses siguientes, tan solo permitían el paso a unas 50 personas al día hasta que el acuerdo de la UE con Turquía, en el cual se determinó que cualquier persona que llegara a Grecia sería deportada, selló por completo la frontera y dejó atrapadas en Grecia a decenas de miles de refugiados.

Ante la situación en la que se encontraba Grecia e Italia, el Consejo de la UE estableció un acuerdo vinculante, y por tanto de obligado cumplimiento en el que determinaba por países una cuota de personas que tenían que ser reubicadas a otro país miembro. Hasta el 26 de septiembre de este año, fecha en la que finalizaba el plazo para el cumplimiento, Europa en su conjunto se comprometió a la acogida de 106.000 refugiados: 60.400 procedentes de Grecia y 39.600 desde Italia. Pese a contar con un plazo de dos años para cumplir con el compromiso, ningún Estado de la UE lo ha conseguido y, además, se han quedado muy lejos de hacerlo, ya que solo un 27% de refugiados han sido reubicados.

En el caso de España el nivel de cumplimiento ha sido mucho menor. El acuerdo obligaba a que 9.323 personas tenían que ser reubicadas, 6.647 procedentes de Grecia y 2.676 de Italia. Pero el plazo para llevar a cabo el compromiso ha finalizado y España ha quedado como uno de los países con menor porcentaje de cumplimiento: 1.279 personas han sido reubicadas a España, 1.089 desde Grecia y 190 desde Italia. Es decir, solo se ha cumplido con el 13% de lo acordado.

Ningún Estado ha alcanzando el objetivo del compromiso. El que más cerca ha estado ha sido Irlanda, con el 92%. Junto a Finlandia (95%) y Suecia (60%) forman los tres países con mayor tasa de cumplimiento. El resto han quedado en evidencia por su falta de voluntad política. Francia y Bélgica, con un 22% y 26%, respectivamente, no han alcanzado la media europea y Alemania se ha quedado en el 31%, tal y como recoge el último informe de la Organización Internacional para las Migraciones.

Motivos para la no acogida

Las miles de personas que huyeron de su país, dejando atrás a familiares, una vivienda y una vida a causa de la guerra y la violencia se toparon ya no solo con la barrera de una frontera física, sino que además tenían que sumarle la valla de la burocracia. La nacionalidad de procedencia de las personas refugiadas marcaría su destino ya que se limitó la reubicación a las nacionalidades que superaran el 75% de la tasa de reconocimiento de protección internacional en todos los Estados miembros. Por ello, la mayoría proceden de Siria, pero muchos se han quedado fuera, como las que proceden de Afganistán, Irak, Sudán, Nigeria o Pakistán, pese a que en su país sufran graves conflictos armados. Este criterio por nacionalidad ha sido calificado por la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) como “discriminatorio y contrario a la Convención de Ginebra”.

A principios de septiembre, Grecia comunicó a España que no había más personas reubicables mientras decenas de miles de personas continuaban esperando. El motivo causante de esta paradoja lo establece el acuerdo de la UE con Turquía. Entró en vigor el 20 de marzo de 2016 y establecía que cualquier persona que llegara a las costas griegas tras esa fecha sería deportada o podría pedir que se estudiara su caso para tramitar el asilo en Grecia. Desde esa fecha y hasta el 19 de septiembre, más de 55.000 personas llegaron a las costas griegas.

Cuando partió de Siria, Mohammed creía que su paso por Grecia le llevaría unos pocos meses hasta que le enviaran a otro país europeo donde continuar su vida y completar los estudios. Pero se enteró del acuerdo cuando llegó a Grecia y todos sus planes se esfumaron. En el campamento para refugiados en la isla de Quíos vivió durante unos meses hasta que la oenegé Praxis, que trabaja en el cuidado y atención de los menores, lo sacó y trasladó a un apartamento junto a 21 menores no acompañados -según el Centro Nacional para la Solidaridad Social (E.K.K.A por sus siglas en griego) en Grecia hay 2.500 menores que llegaron solos-.

Mohammed, pese a su corta edad ha vivido en primera persona las malas condiciones en las que miles de refugiados esperan en el campamento de Quíos. “Hay bebés y niños pequeños y nadie hace nada por ellos. El campo está todo sucio, nadie se preocupa por nadie aquí. Hay que esperar meses para ir al hospital, incluso quien necesita cirugía y operaciones, o hay que esperar también para ropa y cosas de higiene. Siempre hay que esperar. La gente en este campo lo único que hacen es sufrir, sufrir y sufrir” enfatiza.

El sufrimiento de la violencia y la guerra, las malas condiciones en las que viven en los campamentos y la larga incertidumbre por conocer cuál será su destino les está causando graves traumas psicológicos. Mohammed confirma que hay numerosos casos que no han soportado esta situación y han preferido regresar a Turquía antes que continuar en esas condiciones. Pero incluso, asegura que se han dado casos de intentos de suicidio.

Además de huir por la violencia, la mayoría de los jóvenes sirios escapan de la obligatoriedad del ejército o de grupos armados de alistarse en sus filas y participar en la guerra. “No quiero coger ningún arma y no quiero matar a nadie” es la frase más repetida cuando se les pregunta a los jóvenes cuál es el principal motivo por el que han dejado su país. Mohammed sin embargo no quiere ni recordar su pasado. “El 90% de mi historia es sufrimiento y el 10% restante es confusión. No hay escuelas, no hay trabajo. No hay nada. No hay vida en Siria. Por eso vine a Europa, para tener una vida nueva, pero no en Grecia, en otros países europeos como Alemania o Austria” comenta.

Para la Comisión Española de Ayuda al Refugiado hay varios motivos por el cual los gobiernos no cumplen sus compromisos de acogida mientras más de 50.000 personas en Grecia y 7.200 en Italia son potencialmente elegibles. A los criterios por nacionalidad y el acuerdo UE-Turquía, añaden la carencia de mecanismos efectivos de sanción con los países que no cumplieran los plazos, la falta de voluntad política y la ausencia de coordinación entre la Agencia Europea de Apoyo al Asilo –EASO por sus siglas en inglés-, los gobiernos y las autoridades italianas y griegas para agilizar las fases del proceso de reubicación.

Mientras espera una respuesta a su solicitud de asilo, Mohammed no deja de soñar en llegar a ser un fotógrafo profesional y por ello siempre le acompaña la cámara que un amigo le ha prestado. Le gusta todo tipo de fotografía, pero sobre todo la enfocada a la naturaleza, aunque también dirige su objetivo en retratar las terribles condiciones en las que miles de personas siguen viviendo a la espera de una respuesta para comenzar una nueva vida.

Comments

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Solicitamos su permiso para obtener datos estadísticos de su navegación en esta web, en cumplimiento del Real Decreto-ley 13/2012. Si continúa navegando consideramos que acepta el uso de cookies. Más Información

The cookie settings on this website are set to "allow cookies" to give you the best browsing experience possible. If you continue to use this website without changing your cookie settings or you click "Accept" below then you are consenting to this.

Close