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XUXO RUIZ: “LO QUE SE APRENDE CON LA MAGIA NO SE OLVIDA”

Xuxo Ruiz es maestro en el CEIP Sebastián en Albaida del Aljarafe (Sevilla, Andalucía). Lleva utilizando la magia 20 años y ha volcado toda su experiencia en una publicación. La editorial Narcea ha publicado la acción educativa de este mágico maestro, ofreciendo a la comunidad educativa los recursos didácticos que hacen posible la educación en su libro Educando con magia. El ilusionismo como recurso didáctico, que ha despertado gran interés en la comunidad docente y que en el 2018 llega a su quinta edición.

Este maestro y mago ha sido candidato al Global Teacher Prize 2018 entre 50 nominados provenientes de Argentina, Ghana, Nigeria, Colombia, Sudáfrica, Italia, USA, Reino Unido, Brasil. Filipinas, Kenya, Rusia, Australia, Jordania, Tajikistán, Uganda, India, Turquía, Serbia, Malasia, Francia, Nepal, Finlandia, Vietnam, Bélgica, Indonesia, China y Noruega. El Global Teacher Prize es un premio anual de un millón de dólares de Varkey GEMS Foundation que se entrega a un maestro innovador y comprometido que haya tenido un impacto inspirador en sus alumnos y en su comunidad.En 2017 la ganadora fue la canadiense Maggie McDonnell que pasó cinco años como voluntaria y trabajó en el África subsahariana y en las comunidades indígenas canadienses.

Y en este 2018, la ganadora ha sido Andria Zafirakou de United Kingdom. Una maestra que ha trabajado por el cambio y la superación de los conflictos de pobreza, violencia y multiculturalismo en la escuela y en la calle, en Alperton Community College. Una escuela situada en Brent, un área del centro de la ciudad de Londres.

Xuxo ha sido nominado por el uso que ha hecho de la magia en la educación.

Carmen Azaústre: ¿Qué supone para ti la nominación a este premio tan interesante entre los 50 docentes participantes?

Xuxo Ruiz: Para mí es algo importante por este tipo de reconocimiento, porque valora al profesorado y creo que es algo necesario, muy necesario, en estos días, reconocer la labor docente y es importante, muy importante. Creo que ser docente es una de las labores más nobles, bonitas, primordiales que existen. Sí, es algo muy importante y yo contento de que estén interesados en mi método.

C. A: En el prólogo de tu libro, Juan Tamariz te define a en dos palabras: Maestro y Mago (con mayúsculas) y dice que te has casado con tus dos amores: magia y enseñanza ¿Acaso es eso compatible? ¿Es posible la magia educativa, como tú la denominas?

X. R.: Pues sí, ahora hace cinco años que salió el libro, ha tenido un éxito brutal y ahora está a punto de publicarse la quinta edición y se está traduciendo al inglés. Es algo que llevo haciendo desde hace 20 años. Es un binomio, es una unión de mis dos grandes pasiones, la magia y la educación y lo que hice es unirlas de forma especial para motivar a mis alumnos, para que desarrollen su pensamiento matemático, para mediar en conflictos, para controlar la conducta de la clase, para mejorar su expresión oral y escrita, para desarrollar habilidades comunicativas, para aumentar su autoestima… y está más que demostrado que funciona. Llevo también dando cursos de formación, desde el 2001, a profesorado y familias y ellos ven los resultados, ven como sus niños están más motivados, repasan en casa de una manera diferente, los maestros que lo están usando también, creo que combinan perfectamente la magia y la educación.

C. A.: ¿En qué momento uniste las dos vocaciones y supiste que ibas a ser mago? ¿Y maestro?  ¿Cómo se unieron esas dos vocaciones? ¿Y cuándo te convertiste en mago educador, o profesor mágico, o maestro mago, o como prefieras llamarlo?

X. R.: Soy mago desde que tenía siete años, cuando sacaba una moneda de la mesa, y después cuando empecé a estudiar Magisterio yo mismo le cambié el nombre a mi titulación, Magiasterio, porque creo que hay que cambiar un poco la forma de enseñar.

Cuando empecé a trabajar con pequeños me di cuenta de que la magia funcionaba y podía funcionar para muchísimas cosas y empecé a estudiar, a investigar, a aplicarla en diferentes centros, con diferentes niveles educativos, y todas esas experiencias están plasmadas en el libro. Son más de cien experiencias de magia para las que no hay que tener una habilidad especial, cualquier padre, cualquier madre, cualquier maestro o maestra puede usarlo y puede convertir a los niños en el aula o en su casa en magos, explicar y repasar contenidos de forma diferente, una forma llena de magia y emoción.

C. A.:  Me encanta la capacidad y generosidad que tienes de compartir tus habilidades, porque suele decirse que un mago nunca cuenta sus trucos… Sin embargo, en tu libro Educando con Magia ¡los cuenta todos! ¿Cómo es posible? ¿Hay alguna licencia especial para maestros magos?

X. R.: Yo utilizo la magia desde dos vías, una, es el maestro como mago que lo que hace lo utiliza para emocionar para hacer cosquillitas en el cerebro de sus alumnos y eso no lo explico y, otra, es  una magia especial con doble fondo porque los juegos que explico van a trabajar aspectos del currículo, ellos lo van a hacer motivados y van a aprender de forma divertida.

C. A.: Háblanos un poco de esos profesores de tu infancia. Seguro que tenía tus preferidos ¿qué cualidades poseían y cuáles te han llegado a ti más para que te conviertas en un maestro mágico?

X. R.: Recuerdo con mucho cariño a muchos maestros y maestras que hacían que nuestras clases fueran divertidas… estábamos deseando que llegaran esos profesores porque ellos sabían que, si nosotros estábamos a gusto, contentos, felices en la clase, estábamos motivados y el aprendizaje iba a ir fluyendo mucho mejor… recuerdo a mi señorita Alicia, a mi maestro José Miguel… nos reíamos mucho y aprendíamos en la clase de forma divertida.

C. A.: Y hablando de tus alumnos ¿Cómo y cuándo practicas con ellos tu magia?

X. R.:  Ellos saben que en cualquier momento puede suceder la magia. Es curioso, porque quizá las primeras veces solamente algunos la perciben y otros no por lo que deben estar siempre atentos en clase. En ese sentido, están pidiendo continuamente magia, “maestro hoy tenemos que hacer magia” y la  verdad es que no me dejan pasar, siempre tenemos que hacer magia y  siempre sucede algo mágico en la clase: algunos de los juegos que están en el libro, otros los hacemos para profundizar contenidos,  otros son improvisados, casuales, a un niño le aparece una mandarina en la oreja o el sacapuntas que  vuela de una mesa a otra o el lápiz que desaparece y aparece en el estuche de otro niño… siempre hay magia en la escuela.

C. A.: ¿Y con el claustro?… ¿Cuál fue la reacción cuando comentaste por primera vez que empleabas la magia en tu aula? Seguro que muchos de sus compañeros te piden algún truco… 

X. R.:  Yo empecé a usarla hace veinte años y es muy curioso ver cómo los compañeros me preguntaban: ¿Es verdad que tu utilizas la magia en la clase…? Yo lo que quiero es compartir esa experiencia, recuerdo hace 14 o 15 que empezamos a hacer grupos de trabajo, era interino y cada año estaba en un colegio distinto, y tenía la inquietud de formar a mis compañeros y el deseo de que en cada colegio hubiera un profe mago para que los niños fueran felices y aprendieran de forma diferente y esa es mi meta, seguir compartiendo mi experiencia y que se llenen los colegios de magia.

C. A.: Sin duda, es un método único que es efectivo con niños y adultos, pues tú mismo lo dices en tu libro Educando con Magia: “Realmente funciona”. Pero, ¿qué funciona en la educación con la magia? ¿Qué sucede? ¿Qué te ha funcionado a ti? ¿Qué ocurre cuando se usa la magia en el aula?

X. R.: Cuando el niño ve una explicación que es fuera de lo normal sus neuronas se activan y funcionan de forma diferente, se emocionan, cuando el niño ve magia y ve una explicación con magia se emociona y esa emoción le ayuda en su aprendizaje, es lo que dice la neurociencia, que hay que emocionar al cerebro para que aprenda. Gracias a la magia, lo que aprendan con la magia no lo van a olvidar porque han vivido una situación diferente, única, total mente mágica, algo que le ayuda a no borrarlo de su mente, porque han aprendido de forma mágica.

C. A.: ¿Qué consejos darías a un maestro o a un estudiante de Magisterio que quisiera iniciarse en el arte de la Magia Educativa? Porque indudablemente también hay capacidades para ser mago o maga.

X. R.: Mira, recientemente he estado impartiendo un Máster en Madrid y venían maestras que decían que no tenían habilidad e incluso la magia no les hacía tilín y la magia no les gustaba. Han terminado el curso y han estado encantadas, aunque es verdad que ciertos juegos de magia necesitan años de preparación, pero la magia que yo explico está dedicada a cualquier persona, no hace falta tener una habilidad especial. Yo recomiendo, en primer lugar, que se compren mi libro Educando con magia que es un libro pionero y donde se explica qué es la magia educativa, que se apunten en algún curso y pueden también conectar conmigo a través de las redes sociales. De hecho, estoy asesorando, desde hace cuatro años, a estudiantes de Magisterio en su trabajo de fin de grado sobre este tema y yo encantado de que desde la base se pueda crear una educación mágica.

C. A.:  Respecto a los niños que son los sujetos sobre los que impacta este arte de la magia ¿contribuye la magia al crecimiento de la autoestima en ellos?

X. R.: Totalmente. Recuerdo que hace unos años estuve en un pueblecito de la provincia de Sevilla y había un niño que era muy tímido, pero le gustaba mucho la magia, cuando me tocaba a mí vigilar el recreo él me iba con una baraja de cartas y yo le enseñaba juegos de magia. Al cabo de los años, me encontré con los padres en un centro comercial y me dijeron que había superado esa timidez que tenía y estaba haciendo incluso pequeños espectáculos de magia en su club social, en los cumpleaños en casa de sus amigos.

Al niño se le da un poder especial, el poder de que sabe algo que los demás no conocen y el poder de hacer felices a los demás, de conseguir ilusionarlos, de sacarles una sonrisa a través de un juego de magia. Eso sí que es pura magia, el poder conseguir eso y gracias a eso se aumenta su autoestima.

C. A.:  Me parece fantástico el alcanzar esa meta y veo que a través de la magia se consiguen transmitir valores en la educación ¿qué tipo de valores –además de los ya comentados– se promueven con la magia?

X. R.:  Compartir tu experiencia, compartir tu mundo interior que llevas a través de la magia. En el libro, por ejemplo, hay un capítulo sobre cuentos mágicos y lo que la magia nos cuenta y gracias a esos cuentos podemos trabajarlos. Hay un cuento muy bonito que nos dice cómo trabajar el perdón, como pedir perdón a través de un juego de magia. Es un mundo increíble que está por trabajar y compartir.

C. A.: Ahora que las estadísticas y los medios hablan de los maestros, del estrés que se produce en el aula ¿crees que la magia puede construir aulas con niños felices y maestros relajados que disfrutan con su experiencia educativa?

X. R.:  Sí, de hecho ¿conoces el dicho que dice la magia amansa a las fieras? Es otra de las formas en las que yo utilizo la magia. Liberar un poquito de la tensión que se vive en las aulas. A todos los niños les gusta la magia, si tú preguntas en cualquier aula del mundo, en cualquier clase, en cualquier parte del mundo ¿quieres ver un juego de magia? los niños gritarán: sí. Gracias a eso, al poder intrínseco que tiene la magia, lo debemos de usar. He recibido hace poco un correo de un maestro que estaba a punto de jubilarse, con el síndrome del maestro quemado y me ha enviado una carta que me hizo casi llorar. Me explicaba cómo gracias a la magia ha conseguido darle un giro que necesitaba en estos últimos años que le quedan, ha conseguido ir a clase de nuevo contento, transmitir felicidad a los alumnos y eso es lo que los alumnos necesitan. ¡La felicidad es contagiosa!  Si un maestro va contento al colegio lo transmite a sus alumnos y ellos se la transmiten a él. Y eso es lo que tenemos que intentar conseguir, que los maestros, los alumnos, la comunidad educativa vaya contenta al colegio.

C. A.: ¿Y cómo implicas a los padres en este tipo de educación en el que la magia es el arte de hacer felices a los niños?

X. R.:  Los padres se convierten en magos. Como decía antes, los juegos que vienen en el libro son muy fáciles de hacer. Cuando tienen que repasar alguna asignatura los utilizan de forma visual, mágica, en su casa. Por ejemplo, estas navidades yo les he mandado a mis alumnos un juego de magia que era adivinar el pensamiento de una persona, adivinar el número que piensan, a través de unas nubes y lo único que tienen que hacer es un cálculo mental.  Cuando han vuelto después de navidad, los padres decían “estoy de nubes…”, porque se han pasado haciendo magia todo el día a las abuelas, a mis vecinas, primos, a todo el mundo y, en realidad lo que han estado haciendo es cálculo mental. Es la diferencia entre decir “vamos a hacer todos los días matemáticas”, a decir “vamos a hacer magia todos los días”. Cuando ellos han vuelto al colegio se ha incrementado su capacidad de hacer cálculo mental y lo han hecho de una forma divertida.

C. A.: Ya veo que para ti la magia forma parte de tu vida. ¿¿Qué nos dices sobre ella?

X. R.: Para mí el mundo es una habitación de juguetes gigantes, yo utilizo la magia en cualquier sitio, en la calle, en la cola del supermercado, para entrar en el avión…en cualquier sitio puede ocurrir la magia, creo es algo que debemos fomentar un poquito…todos los maestros y maestras son ya magos de por sí, pero si le ponemos un pelín de magia con una varita mágica conseguiremos que los pequeños vayan más felices al colegio.

C. A.: También ha sido algo mágico tu inclusión en ese premio en el que 50 docentes de todo el planeta optan por su arte educativo a un valioso premio.

¡Enhorabuena por la inclusión de tu nombre para el Global Teacher Prize entre ese elevado número de especiales y mágicos maestros y maestras! Porque llevar la felicidad a los niños, a tus compañeros, a la familia es un gran reto que nos lanzas.

Muchísimas gracias por tus palabras y que sigas disfrutando muchísimo y haciendo felices a los que tocas con tu varita mágica.

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