Recientemente se ha hecho público el informe de Evolución de la Familia en Europa del 2018. Dicho informe, del Instituto de Política Familiar, se presentó en el Parlamento Europeo en el Día Internacional de la Familia. Entrevistamos a Mariano Martínez Aedo, vicepresidente del Instituto de Política Familiar (IPF) con el objetivo de que nos hable sobre un estudio tan relevante.
Ana Gutiérrez: Muchísimas gracias Mariano por su tiempo. Me gustaría iniciar nuestra conversación pidiéndole que se presentara…
Mariano Martínez: Soy ingeniero, tengo cincuenta y ocho años, tengo mujer y cuatro hijos que es lo más importante de mi vida y también lo más complicado…
Siempre me ha interesado la familia y me involucré más en ella cuando detectamos que el tema de la defensa de la familia en el ámbito público quedaba un poco vacío en España. De ahí mi trabajo en el Instituto de Política Familiar, organismo civil internacional e independiente, fundado en el 2001, cuyo objetivo es la promoción y defensa de la familia y sus miembros en el ámbito social, ante autoridades, partidos políticos, en la sociedad, en medios de comunicación que son los altavoces para que lo que hacemos llegue.
También tenemos un estatus consultivo especial ante el ECOSOC de las Naciones Unidas, participamos de vez en cuando en reuniones que hay en el Parlamente Europeo con un grupo de diputados sobre estos temas, y aportamos informes sobre la evolución de la familia en Europa. Los informes tienen un valor incalculable porque al basarse en datos de la realidad se apoyan en el poder de la verdad. Los datos, la realidad, pueden abrirnos a cosas insospechadas; temas como, por ejemplo, el divorcio… frente a esa imagen de divorcio como conquista social, libertad, hay muchos datos indiscutibles que nos permitían reabrir el debate y hacer llegar a la conciencia de la gente que es un problema grave.
A. G.: Antes de entrar en el informe vamos a hablar un poco sobre la familia. ¿Cuáles son las funciones sociales que cumple la familia y que no puede cumplir ninguna otra institución que no sea la familia?
M. M.: La familia es parte de la esencia del hombre; el hombre es familia. De ahí que la familia tenga una serie de funciones que si la familia no hace quedan sin hacer… Y lo cierto es que estamos viviendo menos la familia y estamos viviendo con muchos más problemas. Cuanta menos familia haya más represión social habrá, más injusticia, más frustración; o sea, si el hombre es familia y luego no vive en familia va a estar frustrado y va a tener grandes problemas; eso se va a notar social, política, cultural y económicamente.
A. G.: Deme datos para hacerme una idea de cómo es la familia española en este momento, en la actualidad. ¿Cómo la describiría?
M. M.: Las familias en España tienen graves problemas que les impiden en gran parte cumplir con sus funciones; son problemas económicos, sociales y políticos. Y también, en los tiempos que nos toca vivir, hay mucha gente que está siendo privada de la familia. A pesar de ello, mucha gente tiene esa esperanza, en el fondo de su corazón el hombre quiere ser familia.
La sociedad está pensada cada vez más, y en España especialmente, con la idea de que la familia se dedique a trabajar; si pensamos en las escasas ayudas a las familias que tenemos en España muchas de ellas no son ayudas a la familia: o bien son ayuda social porque están dedicadas solo a familias extremadamente pobres, mientras que en el resto de Europa no es así, o bien son ayudas a mujeres para que trabajen. Los cien euros mensuales que se dan a cada mujer por tener un hijo están condicionados a que esa mujer haya cotizado, haya trabajado, y siga así. Si no ha trabajado, no tiene esa ayuda. Lo cual indica que, en lugar de ayuda a las madres, realmente es ayuda a trabajadoras que tengan un hijo para que no dejen de trabajar.
Otro problema es el de los permisos de maternidad/paternidad: España tiene los permisos más bajos de Europa porque el sistema está pensado para que se reincorporen a trabajar pronto. Hay otros países que tienen plazos más largos; por ejemplo, una madre está a lo mejor seis, ocho, diez meses con permiso de maternidad recibiendo un 70-80% de su sueldo mientras que en España reciben el 100% pero solo tiene cuatro meses de permiso.
Sobre la lactancia, por ejemplo, estamos pidiendo que las madres, al menos, estén seis meses para amamantar al niño; pero de eso no se habla, parece que el tema está perdido.
A. G.: Vamos con el informe de 2018. ¿Qué datos del informe le han llamado más la atención a usted?
M. M.: Lamentablemente los datos siguen la evolución negativa que llevamos viendo hace muchos años y no hay grandes tendencias de cambio, lo que es un dato realmente lamentable. Las familias europeas cada vez son menos, se casan cada vez más tarde, tienen menos hijos, los tienen más tarde, se rompen más… Y no se quiere ver el problema y carecemos de ayudas para evitar que se rompan las familias. Por ejemplo… Carecemos de ayudas preventivas, es más, muchas veces, recibimos el mensaje contrario: no seas idiota, no aguantes, rompe, y rehaz tu vida rápidamente, lo que para mí es decir que no importa tu familia, tus hijos, que nada es culpa tuya; perpetuando una especie de adolescencia infinita…
A. G.: A mí me han llamado la atención dos datos del informe. Si me lo permite se los nombro: dice que el aborto es la principal causa de muerte en Europa junto con el cáncer y otro dato es que de siete de cada diez hogares europeos no tienen ningún niño. ¿Qué le parece esto?
M. M.: Pues sí, son datos tremendos que expresan que Europa es un continente que está en franca decadencia. Somos una sociedad envejecida, egoísta y que parece no querer hacer nada ante tantos problemas como tiene.
A. G: ¿Qué repercusión ha tenido este informe en Bruselas al ser presentado en el Parlamento Europeo?
M. M.: Estos informes son datos, son una herramienta para que puedas trabajar, políticamente también. Yo no he sido nunca político, pero entiendo que teniendo datos puedes ir a ciertos sitios y puedes hacer ciertas propuestas. Y esto es lo que persiguen nuestros informes: ser usados porque hablan sobre datos reales y entendemos que la verdad debe ser la base para cualquier actuación, no sólo moralmente sino por eficacia. Sabemos que la realidad siempre está a favor de la familia porque esto es lo que se ve en el informe.
A. G.: ¿Se trabaja en Europa por la familia?
M. M.: En el Parlamento Europeo, en la Unión Europea, teóricamente la familia no entra en sus competencias directamente pero sí que lo hace indirectamente en ciertos aspectos como, por ejemplo, el tema de la conciliación. Ese es un tema al que en la Unión Europea se da mucha importancia. Por ejemplo, el tema de libertad de horarios, que es importante y España es de los países con menos flexibilidad. En cambio, en Europa y en muchos trabajos hay mucha más posibilidad de organizarse: trabajando desde casa o flexibilizando las horas de entrada y de salida más fácilmente… en fin, cosas de estas que te facilitan y te organizan la vida.
A. G.: Hoy que se habla tanto de libertad ¿es la familia libre para decidir? Hablo por ejemplo del tema de tener hijos, de educarles de acuerdo con las convicciones de los padres. ¿Somos libres para eso?
M. M.: Respecto al tema de tener hijos nosotros hemos dicho muchas veces, en un informe del parlamento europeo, que la unión europea hablaba de que había que compensar a las familias por los hijos que tuvieran. En España, sigue la idea, aunque ya en algunos medios de comunicación se vuelve a hablar bien de la familia, de que los que tienen muchos hijos, se los paguen ellos. Hay muchas personas a quienes molesta ver a alguien con muchos hijos…
Otro ejemplo: no existe realmente una libertad de enseñanza; no hay más que fijarse en la cantidad de problemas que existen en ciertas comunidades por el tema de la inmersión lingüística… ¿Dónde está la capacidad de elegir de los padres? Es importante saber que en la Carta de Derechos de la Unión Europea está reconocido el derecho de los padres a educar a sus hijos según sus convicciones y además reconoce un término que no está en la Constitución Española que es desde el punto de vista pedagógico. Por ejemplo, el homeschooling en España está terminantemente prohibido, pero en otros países está consentido. Tenemos una mentalidad en España muy cerrada, donde el Estado es todo y quien decide todo.
A. G.: Intentando ser un poco positivos, ¿cree que la familia ha demostrado históricamente ser una institución capaz de sobrevivir a todo tipo de desdichas y de tragedias?
M. M.: Cada vez que realizamos un informe concluimos con unas propuestas. Nosotros estamos para velar por la familia y esto nos exige ser muy positivos en muchos sentidos porque la familia es parte esencial del hombre; y porque es una parte fundamental del hombre no es una causa perdida ni mucho menos. La inmensa mayoría de la gente sigue viviendo en familia y valorando la familia.
A. G.: ¿Cuáles son las propuestas del Instituto de Política Familiar para fortalecer a la familia?
M. M.: Hay que pedir soluciones a nivel político porque estamos viviendo en una cultura en contra de la familia.
Hay que reconocer los derechos de la familia, sus derechos laborales, las ayudas económicas que deben recibir, adoptar medidas que ayuden a los trabajadores, pero también que no perjudiquen a la empresa… E igual que hay medidas o ayudas para que las empresas tengan personas con minusvalías, han de existir ayudas para las empresas que tengan un alto porcentaje de padres y madres de familia con hijos… Yo creo que ese es el camino: ayudar de forma racional, realista y seria.
Otro problema por resolver es el tema de la vivienda. Las casas están carísimas para los jóvenes que además no gozan de una estabilidad laboral. Todos estos temas y más son los que hay que trabajar. Y hay que hacerlo con medidas reales por parte de las autoridades.
A. G.: Me da propuestas a nivel político, fundamentalmente, y a nivel social. A nivel personal, cada uno de nosotros, cada uno de los lectores, ¿podemos hacer algo?
M. M.: A nivel personal el primer mandamiento” que te diría es: cree en la familia y defiéndete de esas corrientes anti familiares que se pueden estar produciendo. Y esta tarea empieza por tener claridad de ideas, formarse, ser crítico con la televisión, ser consciente de que algunos medios de comunicación hoy en día están en contra de la familia y sus valores…. Eso amplíalo a tu familia, defiéndela, se consciente de su valor y lucha por mantenerla a pesar de las dificultades… Por ejemplo, en muchas parejas se da la tentación del divorcio, porque en el matrimonio no somos perfectos, todos metemos la pata y luego tenemos que perdonarnos… Pero siempre existe la tentación de lo más fácil: tirarlo por la ventana, coger un avión y desaparecer… Pero hay que pensar que somos humanos y a veces pasamos por crisis importantes y es entonces cuando, con claridad de ideas y distintos apoyos, esas crisis se pueden superar
A. G.: Me imagino que también para esto, a nivel educativo, haya posibilidades, ¿no?
M. M.: Indudablemente es importante educar en temas de ayuda o preparación a la vida matrimonial, en el tema afectivo, etc. Las personas necesitamos muchísima formación y muchísimo apoyo; a veces pienso que nos preparamos para todo menos, por ejemplo, para casarnos y para ser padres que es lo más importante.
A. G.: ¿Está el futuro en las familias?
M. M.: Pues sí, el futuro está en la familia. La historia nos enseña que hay sociedades que han abandonado la familia y han fracasado, han perecido… El futuro del hombre es la familia. Esforcémonos en crear familias que nos apoyen, que nos ayuden, que nos hagan personas valientes y generosas capaces de encontrar la felicidad y una vida que valga la pena.
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