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UNA EDUCACIÓN QUE TRANSFORME NUESTRO MODELO DE DESARROLLO

Conscientes de la urgencia de transformar el modo en que nos relacionamos entre las personas y con la naturaleza, el 25 de septiembre de 2015 las Naciones Unidas aprobaron la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible. En ella se comprometen a alcanzar 17 Objetivos con los que se busca erradicar la pobreza, combatir las desigualdades y promover la prosperidad, al tiempo que se protege el medio ambiente de aquí a 2030. Estos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), se refieren a ámbitos de nuestro sistema socio-económico que es preciso modificar para que sean sustentables.

De entre ellos, destacamos aquí el ODS 4, que persigue garantizar una educación inclusiva y equitativa de calidad. Una de las metas específicas para lograrlo es la de asegurar que todo el alumnado adquiera los conocimientos teóricos y prácticos necesarios para promover el desarrollo sostenible, entre otras cosas, mediante la educación para el desarrollo sostenible y los estilos de vida sostenibles, los derechos humanos, la igualdad de género, la promoción de una cultura de paz y no violencia, la ciudadanía mundial y la valoración de la diversidad cultural y la contribución de la cultura al desarrollo sostenible (meta 4.7).

De este modo, Naciones Unidas, a través de la Agenda 2030 explicita que la educación transformadora es un elemento fundamental para alcanzar un desarrollo sostenible. Para impulsarla, promueve su inclusión en las políticas nacionales de educación, y ha de tener reflejo significativo en los contenidos de los planes de estudio, en el currículo, en la formación de docentes y en la evaluación del alumnado. 

Todos los países están obligados a trasladar los ODS al ámbito nacional y convertirlos en guías para las políticas pública, tanto para la social, como para la económica, medio ambiental, educativa, etc. Son responsables de ello los diferentes gobiernos, todas las administraciones públicas y privadas y la sociedad en su conjunto. En concreto, obligan a toda la comunidad educativa a capacitar al alumnado para el ejercicio de un desarrollo sostenible con los aprendizajes consiguientes. 

Para favorecer este propósito, cuatro ONGD de referencia en el campo de la Educación para el Desarrollo (Alboan, Entreculturas, InteRed y Oxfam-Intermón) junto con sus redes de profesorado y de centros educativos, han creado e impulsan el Movimiento por la Educación Transformadora y la Ciudadanía Global, con el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo. 

En el marco de este movimiento, se ha realizado un trabajo colaborativo de investigación y sistematización de experiencias para determinar qué caracteriza que un centro educativo sea transformador1 y los rasgos definitorios de los Centros Educativos Transformadores (en adelante CET), que se han agrupado en tres grandes ámbitos, atendiendo a: 

• La cultura del centro: los principios, visión y valores de su proyecto educativo. 

• Las prácticas que se llevan a cabo: claves pedagógicas y metodologías transformadoras. 

• La planificación y organización del centro. 

En cada uno de estos ámbitos se han priorizado cinco rasgos, lo que permite disponer de 15 características interrelacionadas entre sí, que proporcionan un marco teórico-práctico de la Educación Transformadora para la Ciudadanía Global. Son una guía para centros comprometidos con la transformación personal y social y con un horizonte de justicia global. 

Los rasgos característicos de la cultura de un centro educativo transformador son:

• La defensa de los derechos humanos y la justicia social como elementos constitutivos de su identidad. En coherencia con ello, educa para que sus miembros desarrollen un sentido ético y político de la justicia global, se reconozcan como sujetos de derechos y responsables de la transformación social en su entorno local, incorporando una visión global. 

•La apuesta por la coeducación y la equidad de género, en sus acciones y estructuras, desvelando las desigualdades presentes en él y comprometiéndose con su eliminación. Incluye la prevención de las violencias machistas y el análisis crítico de la realidad presente en el currículo explícito y en el currículo oculto. 

• La inclusión, que es el elemento nuclear del derecho a la educación, y la interculturalidad, que se fundamenta en el reconocimiento de la diversidad como un enriquecimiento, específicamente cultural, étnica, lingüística, religiosa, social, de modos de aprender… y también la diversidad de capacidades, de género, etc.

• La participación activa de la comunidad educativa en la creación de un proyecto educativo y social compartido. La participación permea desde la construcción colectiva del conocimiento en el aula y los equipos hasta las estructuras democráticas de representación y de decisión. 

•La sostenibilidad social y medioambiental, con la que el centro educativo se encamina a garantizar una vida digna para todas las personas y a cuidar de la naturaleza. Promueve la conciencia crítica sobre las formas de vida humana y la acción responsable con el planeta y la vida que en él se desenvuelve.

La cultura de centro requiere unas metodologías coherentes con los valores en los que quiere educar. Por eso, los centros transformadores revisan, renuevan, reafirman y experimentan prácticas y metodologías coeducativas e interculturales, que permitan orientar el currículo oficial hacia la justicia global y el desarrollo sostenible. 

Los rasgos que caracterizan las claves pedagógicas y las metodologías de un centro educativo transformador son:

• Atender a las emociones y promover las competencias y habilidades para la vida, que permitan que todas las personas puedan vincularse y preocuparse por la realidad de su entorno. 

• Potenciar una ciudadanía comprometida con los derechos humanos por medio de procesos que conecten la realidad del alumnado con su coyuntura local y con las situaciones globales. 

• Impulsar una mirada crítica, con la que comprender las principales problemáticas que nos afectan a nivel global, las que lo hacen a nivel local y las relaciones existentes entre ambas. Esto ha de hacerse por medio de metodologías reflexivas y colaborativas que permitan intercambiar opiniones, contrastar reflexiones y compartir puntos de vista.

• Promover la incidencia (desde la conciencia de que la educación tiene siempre una dimensión política) como una herramienta con la que llevar a cabo procesos de aprendizaje experiencial de los contenidos curriculares. Así, el profesorado, y en parte el alumnado, desempeñan un papel relevante como agentes políticos.

• Incorporar la evaluación, la sistematización de experiencias y la investigación sobre sus prácticas educativas y las políticas de centro, de manera que se genere un conocimiento compartido. 

Las políticas del centro educativo están relacionadas con su funcionamiento, planificación y estructura. Incluyen su sistema organizativo, procesos de toma de decisiones, formas de participación y roles oficiales que se ejercen, distribución de espacios, formas de comunicación, obtención y utilización de los recursos, estándares de calidad… 

Los rasgos que caracterizan las políticas de un centro educativo transformador son:

• Revisar y modificar el currículo, los objetivos de cada etapa, la metodología y los criterios de evaluación, a la luz de los contenidos, valores y enfoques de la Educación Transformadora para la Ciudadanía Global. 

• Incluir explícitamente los principios, contenidos, valores y enfoques de la Educación Transformadora para la Ciudadanía Global en los documentos de identidad, estratégicos y operativos del centro educativo.

• Contar con un proyecto educativo elaborado de manera participativa, horizontal e inclusiva. Dar oportunidad al alumnado, profesorado, familias, personal administrativo y de servicio, etc. de participar en aspectos clave como el currículo y documentos estratégicos del centro. 

• Analizar las relaciones que se dan entre los sujetos y los grupos e intervenir sobre ellas previniendo las violencias y promoviendo actitudes de empoderamiento, respeto y cuidado. 

• Estar abierto al entorno, que promueve y participa en procesos transformadores a favor de la justicia social con entidades y otros centros educativos cercanos. Participar en redes, tanto para el intercambio de ideas, experiencias, aprendizajes y recursos, como para la realización de acciones conjuntas, de incidencia y aprendizaje. 

Estos 15 rasgos son características que, de algún modo, ya emprenden los centros educativos transformadores. Pero son al tiempo un horizonte al que orientarse y que nunca se termina de alcanzar. Como nos recuerda Eduardo Galeano en su famosa cita “La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar.” 

Este es el camino de avance en la Educación Transformadora para la Ciudadanía Global.

 

BIBLIOGRAFÍA

1. Fruto de ese trabajo es el documento: “Centros Educativos Transformadores. Rasgos y propuestas para avanzar” que puede descargarse gratuitamente en http://www.educaciontransformadoraglobal.org/wp-content/uploads/2018/11/centros-educativos-transformadores_version-online.pdf

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