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RELIGIÓN Y VIOLENCIA: JAUME FLAQUER

Parte de la afirmación de que la violencia es una cuestión propia del ser humano, es algo que llevamos todos dentro y la intentamos canalizar de una manera o de otra. El siglo XX nos ofrece muchos ejemplos de cómo las grandes violencias que se han producido no eran por causas religiosas, al menos formalmente. El nazismo, los diversos comunismo, los Jemeres Rojos de Camboya, los nuevos nacionalismos también han generado violencias, las extremas izquierdas… la violencia la tiene el ser humano. Lo que nos podemos preguntar es si la violencia es intrínseca a la religión o es propia del ser humano que vive la religión de una manera ideológica absoluta y totalizante.

No toda realidad es capaz de ser vivida de manera totalizante, pero sí existen algunas realidades humanas que son más fácilmente vividas así. La religión es un caso, porque pretende dar un sentido de la vida, o las ideologías políticas o económicas que son capaces de generar violencia porque estructuran a la persona alrededor de un solo elemento identitario. Y una persona que vive de modo totalizante en torno a un vector único, sea religioso, político, ideológico o lo que sea, fácilmente generará violencia cuando sienta en peligro este único elemento que estructura su propia identidad. Por eso es tan importante educar la identidad compleja de la persona. Somos entidades complejas porque cada uno tiene una religión, unos gustos, una familia, una profesión… y esto permite entrar en relación con grupos diversos de personas con los cuales se establece relación. Esto ayuda a crear sociedades más armónicas.

Yendo ahora al Islam, lo primero es decir que éste, en su origen, vive una conflictividad muy importante que queda reflejada en el Corán y también en la Sunna del Profeta en los hadices o pequeños relatos sobre su vida. Los yihadistas, hoy en día, lo que hacen es tomar esa conflictividad que ha quedado marcada en el Corán y no dejarla allí plasmada en el pasado sino identificar a los enemigos de aquel tiempo, con nuevos enemigos en el presente. Es así una relectura fundamentalista en el sentido de descontextualizar aquellos enemigos que tenía Muhammad identificándolos con unos nuevos de hoy en día. Porque en el Corán hay textos francamente complicados, relativos a una violencia vivida por el profeta Muhammad cuando estuvo en Medina, donde algunas tribus se le opusieron.

Paralelamente, también se ira expandiendo esta organización musulmana originaria en parte a causa de la violencia. Esa conflictividad en el origen queda marcada en los textos donde se refleja que Muhammad de alguna manera llega a pacificar Arabia, aunque otros lo ponen en duda, pues Abû Bakr, el primer Califa, se pasará dos años para intentar sofocar las revoluciones que hay en Arabia contestando a su califato.

Los siguientes califas morirán asesinados y así hasta Hassan Huseim, nieto de Muhammad,  que también muere asesinado en la batalla de Kerbala (m.680), lo que dará lugar a la fiesta de la Ashura, que los chiitas conmemoran cada año con gestos corporales, recordando aquella sangre derramada con la sangre actual. Se flagelan, se cortan un poco la cabeza para llenarse de sangre y recordar corporalmente aquella sangre. Hay en todo ello una expresión de la conflictividad original.

Viniendo al presente, encontramos un debate sobre si la violencia actual del yihaidismo es una islamización de la radicalidad o una radicalización del Islam. Es decir, si el yihaidismo es un proceso de radicalización del Islam que llega incluso a salir fuera de sus propios límites. No nos quepa duda, el yihaidismo o el terrorismo de Al Qaeda, se quedan fuera del Islam, no respetan ni siquiera la ley islámica del Corán. Y ha de quedar claro que la gran mayoría de musulmanes del mundo condenan el yihaidismo, incluso Arabia Saudita.

Sin embargo, sí podemos preguntarnos si este yihaidismo no es hijo de una manera ideológica de vivir la religión como se vive en el llamado salafismo. Esta sería la tesis de la radicalización del Islam. Este grupo sale fuera del Islam pero es como una línea cierta, de alguna manera continua, es un hijo no deseado, que Arabia Saudí no reconoce, del tipo de salafismo que se vive allá. Esto no lo explica todo, hay también grupos que dicen que lo que existe es una islamización de la radicalidad y el fenómeno de la violencia actual se podría explicar desde este punto de vista.

Existe un cierto término medio, porque las dos teorías son correctas y ninguna de las dos son absolutas.

La explicación del fenómeno de la violencia actual lo podemos explicar desde el segundo punto de vista. Personalidades concretas, sobre todo occidentales, que en otro momento de la historia se habrían echado en brazos de otras ideologías totalitarias, lo hacen ahora en la única gran ideología totalitaria global.

El yihaidismo se ha convertido en la única oferta existente que vaya en contra de occidente y que sea anticapitalista y antisistema. Esto hace que personas que han fracasado en su vida en occidente y se sienten absolutamente frustradas, a la vez que identifican el enemigo de su fracaso no en ellos mismos sino en la sociedad, buscan una ideología que vaya contra esa sociedad en la cual viven.

En esto consiste el proceso de islamización de la radicalidad que podemos reconocer, por ejemplo, en occidentales que en un mes se convierten sin conocer el Islam pero toman el islamismo como una ideología, personas que en sí mismas ya son radicales.

Por último añadir que como sabemos, hoy el Islam está en pleno debate. A partir del dominio que ha vivido el mundo árabe y el islámico por parte de occidente, el Islam ha entrado en crisis identitaria y se pregunta ¿por qué estamos dominados por occidente? Surgió a finales del s. XIX y principios del XX una respuesta determinada: hemos de volver al origen porque hemos sido infieles al origen y por eso si volvemos a ese origen podremos volver a levantar la cabeza.

Pero la vuelta no de cualquier manera sino copiando el origen o lo que piensan que es el origen. Pero esa vuelta al origen la hacen de manera fundamentalista y lo intentan implantar de manera literal en el mundo actual, de manera neurótico obsesiva. Eso es el salafismo, volver al origen considerando toda la historia islámica como una historia de tergiversación del Islam y de separación del momento original o de lo que ellos creen que es el momento original.

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