ACTUALIDAD ARTÍCULOS

¿QUÉ TE HA PASADO EUROPA?

El bagaje cultural, intelectual, político y social de quienes se aprietan en las filas ilustres de la Sala Regia del Palacio Apostólico (Vaticano) aquel 6 de mayo de 2016 es notable, ya que se trata de personajes cumbre de nivel mundial como Don Felipe VI. Rey de España, Henri, Gran Duque de Luxemburgo,  Martin Schulz, el Presidente del Parlamento Europeo, Jean-Claude Juncker, Presidente de la Comisión Europea, Donald Tusk, Presidente del Consejo Europeo, junto a Dalia Grybaukaite, Presidenta de Lituania, Angela Merkel, Canciller alemana, Cardenales, ex-presidente como Felipe González, (España) Mario Draghi (IWF) y muchos más personajes de la créme de la crème

Este gremio extraordinario  de altos dignatarios se ha reunido en la Ciudad Eterna con un sólo motivo: la entrega de uno de los premios más prestigiosos con el que son distinguidas las personalidades o instituciones en el ámbito europeo: el Premio Carlomagno (Karlspreis) de la ciudad alemana de Aquisgrán.

¿Qué es el premio Karlspreis?

El Premio Carlomagno, desde 1998 Internationaler Karlspreis zu Aachen, se concede a partir de 1950 anualmente a excelencias en el campo de las letras, la filosofía, el arte o de la política. El premio consiste en 5.000 €, una medalla con la imagen de Carlomagno en el trono y un certificado. Se entrega en el mes de mayo en la Sala de la Coronación del ayuntamiento de Aquisgrán (Aachen), y solamente en el caso de los candidatos de 2004 (Papa Juan Pablo II) y 2016, Papa Francisco, el premio ha ido a la búsqueda del galardonado y no al revés.

El origen del premio se sitúa el 19 de diciembre de 1949, cuando un comerciante de la ciudad de Aquisgrán, Kurt Pfeiffer, que había fundado un círculo cultural con el nombre de Corona Legentium Aquensis y con la intención de fomentar el diálogo entre los políticos, los científicos y los personajes culturales de toda Europa, crea un premio con el nombre del emperador Carlomagno. Este emperador fundó, como es sabido, el Imperio que lleva su nombre, Carolingio en el siglo VIII, y fijó su residencia en la ciudad de Aquisgrán, donde reposan sus restos. El objetivo del Premio Carlomagno se definió por su fundador en los siguientes términos: “El premio se orienta hacia el futuro y conlleva un deber de contenido sumamente ético. Se dirige, regenerado por una nueva fuerza, a la unificación de los pueblos europeos para defender los más altos valores humanos: la libertad, la humanidad y la paz, para ayudar a los pueblos oprimidos y marginados, y para asegurar el futuro de los hijos y de los nietos”.

¿Quiénes fueron los galardonados hasta hoy?

Entre los así destacados figuran personalidades como Konrad Adenauer (1954), Winston Churchill (1956), Robert Schuman (1958), el escritor y político Salvador de Madariaga (1973), el Rey  Don Juan Carlos I (1982),  Helmut Kohl  y  François Mitterrand (1988), Roger Schutz (fundador de la Comunidad Ecuménica de Taizé, 1989), Václav Havel (1991), Jacques Delors (1992), Felipe González (1993) Beatriz I, Reina de los Países Bajos (1996), Tony Blair, (1999), Bill Clinton (2000), Javier Solana (2007), Angela Merkel (2008), Dalia Grybauskaitë (Lituania, 2013) Herman van Rompuy (2014) y Martin Schulz (2015)…Y, el último, un Papa…

Mientras el coro de la catedral de Aquisgrán entona el Laudamos Domino,  el Alcalde de Aquisgrán, Marcel Philipp, junto al director del Comité del Premio, Jürgen Linden, confieren este premio “para la unidad de Europa” al Papa Francisco en reconocimiento  a “su extraordinario compromiso en  favor de la paz, de la comprensión y de la misericordia en una sociedad europea de valores”. En la medalla está grabado:  Premio Carlomagno de Aquisgrán 2016  Papa Francisco   Europa–una sociedad de valores. Junto a la medalla se le entrega un pergamino, que indica: “Que el Santo Padre nos dé el ánimo y la confianza para hacer nuevamente de Europa aquel sueño que hemos osado soñar durante 60 años”.

¿Qué tipo de personalidad es el galardonado en 2016?

Cuando el 13 de marzo de 2013 la sfumatina bianca emana de la chimenea más famosa del mundo, porque anuncia  a Urbis (la ciudad de Roma) et  Orbis  (el mundo entero) la buena nueva de un nuevo Pontifex, aparece poco después en la Loggia de San Pedro un hombre de mediana estatura, con una sonrisa tímida y como extrañado de lo que había pasado y se dirige acompañado por un júbilo frenético a las masas en la Plaza con un simple” ¡buenas tardes!”.

Y este saludo resuena instantáneamente vía ondas etéreas en el Orbis terrarum dejándonos a todos con una gran pregunta: ¿quién es este Jorge Mario Bergoglio,  a quien los señores cardenales habían buscado en el finis terrae  para que sea el  sucesor número 266 de San Pedro?

Su biografía oficial es de pocas líneas, y es hoy de todos conocida. Sus gestos nos hablan de esa otra biografía que vamos desvelando, y que es reconocible en los objetivos que se marcó en su tiempo de arzobispo de Buenos Aires: comunidades abiertas y fraternas; protagonismo de un laicado consciente; evangelización dirigida a cada habitante de la ciudad; asistencia a los pobres y a los enfermos…

“Mi gente es pobre y yo soy uno de ellos” (1), ha dicho más de una vez para explicar la opción de vivir en un apartamento y de prepararse la cena él mismo.  A sus sacerdotes siempre les ha recomendado misericordia, valentía apostólica y puertas abiertas a todos. Y a todos nos ha sorprendido con el contenido de los escritos que ha dirigido a la Iglesia y a todos los hombres y mujeres que quieran escucharle.

Los  gestos sorprendentes del nuevo Pontifice

Denuncia de la globalización de la indiferencia. Y los gestos se hacen cada vez más visibles y palpables: recién elegido Papa, decide visitar a principios de julio de 2013 la isla de Lampedusa, recordando públicamente a los náufragos en el Mar Mediterráneo  “para dar una prueba de cercanía pero también para despertar nuestras conciencias , para que no se repita lo sucedido” (2).

Y se pregunta: “¿Quien ha llorado a estas personas que se hallaron en el barco? ¿Quién ha llorado a estas madres jóvenes que llevaron a sus hijos consigo? ¿Y a estos hombres jóvenes que únicamente deseaban encontrar algo para poder sostener a sus familias? Somos una sociedad que ha olvidado ya la experiencia del llanto, de la compasión. La globalización de la indiferencia nos ha quitado la capacidad de llorar” (3).   

Desde este momento el mundo entero se está dando cuenta con asombro de que este sumo Pontífice no va a ser un “Papa con la tiara puesta y sentado en el trono de sus antecesores”.  Mas bien todo lo contrario,  son ya legión las anécdotas de sus escapadas de la vigilancia de la Guardia Suiza (¡sudarán sangre quienes tienen que proteger a este Papa desconcertante!) para estar en medio del pueblo de Dios que acude en masa adonde él vaya. Pero también le escuchamos mensajes poco cómodos, si bien de profunda verdad, teniendo en cuenta que Benedicto XVI le había encomendado una hermosa tarea en muchos sentidos…

Un Papa con mensajes muy claros  a la Curia Romana. Con motivo de la felicitación navideña a la Curia Romana  el 2 de diciembre de 2014, Francisco lee la cartilla a sus colaboradores, los “queridos hermanos Cardenales”, y les presenta sin miedo una lista de 15 pecados. Después de pedir él mismo “humildemente perdón por las faltas cometidas de pensamiento, palabra, obra y omisión”, en seguida Francisco desgrana su mensaje con la finura de quien conoce a fondo la naturaleza humana.

Y concluye, universalizando su mensaje, al dejar bien claro que estas tentaciones son naturalmente un peligro para todo cristiano y para toda curia, comunidad, congregación, parroquia, movimiento eclesial, y pueden afectar tanto en el plano individual como en el comunitario” (4).

Un Papa que trabaja sinodalmente sobre cuestiones centrales de la vida social como la familia. Amoris letitiae es el título del documento que conjuga realidades nuevas con la doctrina de la Iglesia y con la sensibilidad a la que invita una mirada de misericordia.

La Encíclica ecológica Laudato si. Si La alegría del Evangelio da título al primer documento que nos desveló el sentir y el pensar de este Papa con un lenguaje nuevo, su Encíclica Laudato si aparece en un momento muy bien elegido, junio de 2015, cinco meses antes de la Conferencia sobre el Clima de la ONU en Paris. El Papa nos recuerda que “Europa ha estado siempre en primera fila en pro del compromiso por la ecología. Este nuestro mundo necesita de verdad un cuidado y una atención constantes y cada uno tenemos una responsabilidad personal en este cuidado de la Creación”.

Ya en la elección de su nombre como Papa ,y en el nombre de esta Encíclica, Francisco se refiere al Poverello de Asís, patrono de todos los que son capaces de liberarse de “bagajes inútiles” y se preocupan por el campo de la ecología. Y constatamos otro rasgo típico de este Papa:  a Francisco le importa mucho la colaboración de mucha gente, en este caso de ecologistas de renombre del mundo entero, lo que se nota en sus múltiples y detalladas  sugerencias para una política ecológica consistente y centrada en los seres humanos.

Francisco  pide anunciar el Evangelio “fuera, en las periferias de la sociedad”. Atraviesa  toda la Encíclica el tema central de la relación estrecha entre la pobreza y la fragilidad del planeta, entre el valor propio de cada criatura y una cultura del despilfarro,   la invitación a un nuevo estilo de vida, lo mismo que la urgencia de buscar otra comprensión de los términos  economía y progreso.  Francisco sabe que no sólo el futuro, sino también el presente está en manos de los jóvenes: “Los jóvenes exigen de nosotros un cambio. Se preguntan cómo es posible buscar la construcción de un futuro mejor sin tener en cuenta la crisis del medio ambiente y los sufrimientos de los excluidos” (5).

Una  y mil veces: la importancia del diálogo. Otro tema que preocupa a Francisco es la falta de diálogo en este mundo, también entre las distintas religiones y confesiones.  La invitación al diálogo interreligioso e intercultural es como el hilo rojo de este Pontificado. Bien en Turquía o en Israel, donde junto con el Patriarca Ecuménico Bartolomaios I invitaba a todos los cristianos a “fomentar un diálogo auténtico entre Judaísmo, Islam y otras tradiciones religiosas”, o bien,  en 2015, en  Kenia, Uganda y la República Centralafricana. Lo que él busca siempre en primer lugar no es lo que divide, sino lo que une, promover la cultura del encuentro.

La Misericordia, un nuevo estilo en la Iglesia. Como elemento esencial de unión entre el Cristianismo y las otras dos religiones abrahamíticas el Judaísmo y el Islam, el Papa Francisco considera  la virtud de la Misericordia, que está en el centro de todos sus mensajes. Y esta virtud caracteriza muchos acentos eminentes de su Pontificado: su manera sencilla de presentarse, la búsqueda de cercanía hacia los hombres, creyentes  y no-creyentes, sobre todo hacia los pobres y marginados. “La Iglesia siente un deseo insaciable de ofrecer misericordia. A lo mejor nos hemos olvidado durante mucho tiempo de señalar este camino de la Misericordia y de caminar por el,” subrayó en 2015 y proclamó un “Año Santo de la Misericordia”, pidiendo a todos los fieles ser instrumentos de esta misericordia, sabiendo que ellos mismos serán medidos según esta virtud.

Un Pontífice con un  mensaje político. Francisco es un papa que se inmiscuye en las realidades del Orbis terrarum y de la vieja Europa. El mundo entero es testigo de que este Papa no piensa esconderse tras libros o declaraciones sobre el papel…Es un Papa tangible y con los pies en la tierra, y lo muestra en cada momento en sus múltiples viajes y en los temas que elige.

En un momento en el que la Unión Europea se halla ante el desafío más grande del siglo XXI, es este Papa, que viene del fin del mundo, quien da orientación a millones de europeos sobre lo que une intrínsecamente a esta Unión, y que es nuestro sistema de valores: el respeto a la dignidad humana y los derechos de libertad, ante la  originalidad  del hombre, independientemente  de sus orígenes étnicos, religiosos o culturales.

El Papa Francisco en el Parlamento Europeo. No cabe la menor duda de que este Papa argentino está al tanto de la situación lamentable de la Europa actual. Ya en su discurso ante el Parlamento Europeo del 25 de noviembre de 2014 invitó a los Eurodiputados a “construir juntos una Europa que no gire en torno a la economía, sino a la sacralidad de la persona humana, de los valores inalienables; una Europa que abrace con valentía su pasado, y mire con confianza su futuro para vivir plenamente y con esperanza su presente” (6).  Pues, advertía Francisco, “se constata amargamente el predominio de las cuestiones técnicas y económicas en el centro del debate político, en detrimento de una orientación antropológica auténtica”.

No olvidó en esta ocasión la preocupación que le ha acompañado desde el inicio de su pontificado: “Es igualmente necesario afrontar juntos la cuestión migratoria. No se puede tolerar que el mar Mediterráneo se convierta en un gran cementerio”. Y para terminar su discurso Francisco invitó con calidez y fuerza a Europa a “redescubrir su rostro para crecer, según el espíritu de sus Padres fundadores, en la paz y en la concordia, porque ella misma no está todavía libre de conflictos(…)”.

Ha llegado el momento de abandonar la idea de una Europa atemorizada y replegada sobre sí misma, para suscitar y promover una Europa protagonista, transmisora de ciencia, arte, música, valores humanos y también de fe. La Europa que contempla el cielo y persigue ideales; la Europa que mira y defiende y tutela al hombre; la Europa que camina sobre la tierra segura y firme, precioso punto de referencia para toda la humanidad”.

Pero volvamos al premio: ¿por qué el Papa Francisco acepta este premio?

Sabemos que este Papa no suele aceptar ni premios ni galardones de alta categoría. En una declaración divulgada en Radio Vaticana, P. Federico Lombardi recordó  que “el Papa interpreta este premio no tanto como algo otorgado a él mismo para honrarlo, sino como la ocasión de un nuevo mensaje de compromiso por la paz, dedicado y dirigido a toda Europa” (7)

En sus palabras, el Dr. Jürgen Linden, de la Fundación Carlomagno, recordó que la concesión del Premio se debe a que Francisco es una eminente autoridad moral “que nos exhorta a poner al hombre en el centro de todas nuestras acciones” y “nos recuerda que a  Europa – según  los ideales de los Padres fundadores– le está encomendado el deber de realizar la paz, y la libertad, el derecho y la democracia, la solidaridad y el cuidado de la Creación” (8).

En su discurso de aceptación, el papa Francisco evocó a Martin Luther King (9)  al enumerar sus sueños para una nueva Europa: “Sueño con una Europa joven, capaz de ser todavía madre: una madre que tenga vida, porque respeta la vida y ofrece esperanza de vida. Sueño una Europa que se hace cargo del niño, que como un hermano socorre al pobre y a los que vienen en busca de acogida, porque ya no tienen nada y piden refugio. Sueño una Europa que escucha y valora a los enfermos y a los ancianos, para que no sean reducidos a objetos improductivos de descarte”, dijo al pedir por los más pobres y olvidados. ”Sueño una Europa, donde ser emigrante no sea un delito, sino una invitación a un mayor compromiso con la dignidad de todo ser humano. Sueño una Europa donde los jóvenes respiren el aire limpio de la honestidad, de la belleza de la cultura y de una vida sencilla. (…) Sueño una Europa de las familias, con políticas realmente eficaces, centradas en los rostros más que en los números, en el nacimiento de hijos más que en el aumento de los bienes. Sueño una Europa que promueva y proteja los derechos de cada uno, sin olvidar los deberes para con todos. Sueño una Europa de la cual no se pueda decir que su compromiso por los derechos humanos ha sido su última utopía”.

BIBLIOGRAFÍA

1. Papst Franziskus Mein Leben, mein Weg – El Jesuita – Diálogos con Jorge Mario Bergoglio por Sergio Rubin  und Francesca Ambrogetti, Herder Freiburg, Basel, Wien 2013, trad. por Elisabeth Münzebrock, p. 214 ff

2. Para referirse al naufragio registrado cerca de la isla de Lampedusa en el que han muerto al menos 93 personas y otras 250 están desaparecidas al volcar una embarcación con 500 inmigrantes.

3. Papst Franziskus, palabras en su viaje a Lampedusa, cit. www.zeit.de › ZEIT ONLINE › Gesellschaft del 08.07.2013 – trad. E. Münzebrock.

4. Papa Francisco, Vatican press 22.12.2014.

5. Papa Francisco, Laudato si, Publicaciones de la Santa Sede, 24.5. 2015.

6. Discurso de Papa Francisco ante el Parlamento Europeo del 25.11 2014, Vatican press op.cit.

7. Radio Vatikan, dt. Ausgabe del 5.5.2016, trad. E. Münzebrock.

8. Spiegel online, Ausgabe 6.5.2016, trad. E. Münzebrock.

9. Martin Luther King  fue asesinado el 4 de abril de 1968, a la edad de 39 años

Por ELISABETH MÜNZEBROCK

Comments

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Solicitamos su permiso para obtener datos estadísticos de su navegación en esta web, en cumplimiento del Real Decreto-ley 13/2012. Si continúa navegando consideramos que acepta el uso de cookies. Más Información

The cookie settings on this website are set to "allow cookies" to give you the best browsing experience possible. If you continue to use this website without changing your cookie settings or you click "Accept" below then you are consenting to this.

Close