ARTE

MANGA, ANIME Y OTAKUS: ¿DE QUÉ SE HABLA?

Para muchos, manga viene a ser sinónimo de cómic japonés de fuerte contenido sexual  y violento y por lo tanto peligroso. Y es verdad en una buena parte de ese tipo de publicaciones. Como lo es para los cómics producidos en occidente. Pero no es todo. Manga, en realidad, es un término compuesto por dos: man y ga. El primero viene a ser  casual y jocoso, informal, el segundo, dibujo, sin más. De modo que manga genéricamente define cualquier grabado impreso de estas características. De la historieta en viñetas, nuestro tebeo de toda la vida, el paso a dibujo animado o película de animación es bastante explicable. Se trata de un entretenimiento visual, relato, cuento o episodio de una serie. Anime es cómo en Japón se habla de dibujos animados. ¿Y Otaku? Otaku es cualquier persona que tiene una afición desmedida por cualquier cosa, pero ha pasado a denominar a los fanáticos del manga, es decir gente –casi siempre joven- que lo sabe todo sobre personajes, series, autores, publicaciones, etc. O cree saberlo o pretende ser experto y además considera su afición como una forma de vida, una estética y un modo de relación.

El origen del manga puede remontarse al s. XVIII. Los Ukiyo-e desde mucho tiempo atrás eran grabados que representaban placeres y pasatiempos como la moda, las costumbres populares, los ídolos del teatro Kabuki, narraciones históricas… De ese tipo de ilustraciones surgen libros ilustrados que mezclan dibujo y texto: los kibyosshi, una fórmula muy popular, historietas para público adulto que en ocasiones tuvieron que ser censuradas por sus contenidos escabrosos o de crítica política. Un dibujante de Ukiyo-e, Hokusai Katsushika acuñó el término manga en 1814 al combinar man (informal) y ga (dibujo). Hokusai es considerado uno de los más grandes artistas japoneses.

Es el autor de la famosísima Ola, reproducida innumerables veces, de su serie de grabados sobre el monte Fuji. La recopilación de su obra llamada El manga de Hokusai viene a ser una especie de enciclopedia que abarca prácticamente todo: paisajes, costumbres, edificios, caricaturas… como material de referencia para quien quisiera dedicarse al Ukiyo-e.

La eclosión comenzó, tal como hoy se conoce, con la llegada de las primeras revistas de caricaturas europeas y se consolidó pasada la Segunda Guerra Mundial. El primer gran artista manga fue Osamu Tezuka. Fue el creador de los story manga (de larga duración) y de la colección de capítulos de más de 200 páginas en formato de bolsillo. En 1963 lleva a la pequeña pantalla la primera serie animada Tetsuwan Atom de emisión semanal y difundida a todo el mundo. El manga japonés, con su peculiar estética y dinámico estilo narrativo se ha convertido en algo reconocible y familiar…

Según algunos analistas esta manifestación, como ninguna otra contemporánea, refleja la complejidad de la cultura japonesa actual: su estética, sus valores básicos, su concepción del tiempo, su espiritualidad.

¿Y esos ojos tan grandes? Fue Tezuka el creador que definió los rasgos típicos de los personajes manga: peinados imposibles, rasgos estilizados y enormes ojos redondos inspirados en los dibujos de Disney. La razón de esta preferencia es la posibilidad de dotar a los personajes de mayor expresividad ya que los ojos rasgados no reflejarían tantas emociones. Hay alguna excepción, pero por lo común es una característica del manga actual.

Para distintos públicos. Hay manga y anime para públicos muy diversos. Para adultos jóvenes, para niños, para jóvenes, adolescentes… Y para aficionados a la ciencia ficción, a los robots, a las comedias románticas, a los superhéroes, al deporte, a la brujería… De temática homosexual explícita o no, de alto contenido erótico o directamente pornográfico (hentai). Extremadamente sangrientos (gore). Y no sólo para el público japonés, sino con proyección internacional. Ya desde mediados de los setenta series como Heidi, Candy, Mazinger, Pokemon, el León blanco y otras muchas se fueron difundiendo en toda Europa y América.

Fenómeno de masas. El 38% de todo lo publicado en Japón es manga. Esto supone una verdadera industria, también de animación para televisión o cine y consecuentemente para la proyección de Japón a escala universal y como un medio de dar a conocer su cultura. Así se organizan eventos como Expomanga en el Ifema de Madrid durante el pasado mes. En el recinto los otakus disfrutaron durante tres días. Ya es tradicional el concurso de cosplay (vestirse como un personaje de manga o de anime), en este caso también en versión infantil. Videojuegos, artes marciales, escritura nipona, origami, gastronomía y otras iniciativas se han presentado en Expomanga con la colaboración muy activa de la embajada de Japón que ha visto en el evento una ocasión excelente para la difusión de su cultura entre los muchos jóvenes españoles aficionados al manga.

También en Madrid, el pasado marzo, en el recinto ferial, Pabellón de cristal, de la Casa de Campo, los otakus difrutaron de una programación semejante a la de Expomanga.

En la web se encuentra información exhaustiva, a veces muy sesuda y pormenorizada, sobre el fenómeno. Cientos de estudios sociológicos sobre los otakus y otros frikis, también llamados nerds y hasta consejos para los padres… Lo cierto es que junto a aspectos inofensivos, la afición al manga o al manganime puede presentar rasgos de adicción y tal vez requerir intervenciones especializadas con los afectados.

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