¿Y SI llegaran los alienígenas y nos pidieran que les presentáramos a nuestros jefes y nos diera vergüenza hacerlo? Alguien hacía este chiste refiriéndose a las elecciones 2016 en Estados Unidos, porque gane quien gane, muchos no estarán contentos…aunque el ganador sea su propio candidato! Y la verdad es que muchos lo leerán con pena…porque tiene mucho de cierto.
David Brooks, un comentarista político del New York Times y la televisión pública de Estados Unidos (PBS) lo ponía en términos incluso más dramáticos después del fórum en que se habló de defensa: “Pierde la humanidad. Yo he perdido un pedazo de mi mismo… Me siento deprimido…”. Añade Brooks que no es sólo su propia depresión sino que le parece que hay un desánimo muy generalizado entre los votantes. Asegura Brooks que Clinton es estridente, irritante y poco transparente; y que Trump tiene unas afirmaciones tan disparatadas, y un lenguaje tan poco elegante, que uno no puede vivir con ninguno de los dos candidatos. Y eso es sólo en lo referente a los modos… Cuando se entra en políticas, la situación no es mucho más alentadora.
Y es que es posible que sean las elecciones más difíciles y en la que las opciones sean tan poco apetecibles de la historia.
La campaña, además, se está llevando por temas que poco tienen que ver con la política. Es el argumento ad hominem del que los filósofos siempre dudaban por tener tan poca base en la verdad…”¡Anda que tú!”, parecen estar diciendo continuamente los candidatos. Se acusan mutuamente de no tener la capacidad, el carácter, o la altura moral para la presidencia. Incluso la salud (física, en el caso de Clinton, y mental en el de Trump) parece estar en entredicho. Trump acusa a Clinton de ser “la corrupta Hilaria”, mientras que Clinton asegura que Trump podría llevar al país al desastre político y militar. Aunque es cierto que la credibilidad de Clinton, por todo su historial anterior y por el último episodio de los emails, y es cierto que muchas palabras de Trump suenan a bravuconadas con muy poca elegancia presidencial, no es común sostener tantos meses de campaña electoral a base de ataques personales en lugar de ir al fondo de las cuestiones. Esto, añadido a los insultos que ambos candidatos han dirigido a los votantes del contrario, (Trump dijo que los de Indiana eran “retrasados mentales” y Clinton que la mitad de los votantes de Trump eran deplorables…”).
¿Cuáles son los principales temas de gobierno y en qué se diferencia el programa demócrata del republicano? Se podrían ver 10 áreas principales en las que las diferencias son bastante agudas (Ver texto de apoyo) y, en referencia a la úlima de ellas, la política de inmigración, lo cierto es que la presencia de inmigrantes en Estados Unidos, bien mirada, no representa una enorme carga fiscal ni de infraestructuras y servicios, sino casi todo lo contrario, al aportar mano de obra barata y pagos de impuestos.
Algunos de los mitos propagados por Trump (y antes por otros muchos) y que refuta el Washington Post:
1. “La inmigración ilegal cuesta más de 113 billones al año. Y esto es lo que tendríamos: por el costo de pagar por la inmigración ilegal en los próximos 10 años, podríamos proporcionar un vale de escuela a un millón de estudiantes”.
El costo real para el gobierno federal es de 29 billones, mientras que 84 billones los pagan los gobiernos locales y estatales. Porque se cuenta ahí el costo de la educación de los hijos de inmigrantes indocumentados, que, si han nacido aquí, son ciudadanos.
Dice además, que los impuestos recogidos de inmigrantes indocumentados no cubren los gastos por los servicios…pero eso es verdad también del resto de la ciudadanía. Los ciudadanos reciben más beneficios del gobierno de lo que pagan en impuestos.
2. Dice Trump: Hillary Clinton ha prometido amnestía en sus primeros 100 días y su plan proporcionará servicios médicos a los inmigrantes indocumentados, lo cual dañará el presupuesto federal.
Dice el Washington Post que eso es totalmente falso. En general, la gente en Estados Unidos no tiene derecho automático a los beneficios de la Seguridad Social si no tienen algún tipo de estatus legal. Incluso quienes se acogen a Deferred Action (para niños venidos muy pequeños a Estados Unidos), no tienen beneficios. Podrían pedir Jubilación después de 10 años de trabajo, después de haber pagado impuestos y una vez que llegan a la edad de jubilación.
Clinton no ha prometido amnistía, sino una reforma de la Inmigración. Sí apoya el que las familias puedan acogerse al plan de seguros de Obamacare, que siempre exige una cuota. Además, los recipientes de DACA no tendrían edad suficiente para jubilarse al término de una potencial presidencia de Clinton..incluso si fuera de ocho años.
Trump dice también que su plan rompería el presupuesto federal, pero el Comité no-partisano por un Presupuesto Responsable, encontró que el componente de inmigración del plan de Clinton ahorraría 100 billones a lo largo de 10 años.
También Trump dice que Clinton planea traer al país a 620.000 refugiados sirios. Lo que dijo Clinton en realidad es que abriría el país a 55.000. Trump asume que seguiría al mismo ritmo durante cuatro años. 55.000 multiplicado por cuatro, serían los 620.000. Pero Clinton no ha prometido después de los 55.000 primeros. “Restauraremos un programa de comunidades seguras, lo cual ayudará a localizar a cientos de miles de extranjeros deportables en cárceles locales”.
El programa de comunidades seguras en realidad no resultó en reducción de crímenes violentos. Menos robos en casas y de coches, pero lo otros crímenes siguen al mismo nivel. A lo que sí llevó el programa fue a identificar a muchos inmigrantes no violentos ni criminales, con lo que la tasa de deportaciones durante la Administración de Obama ha sido sin precedentes: un millón en cuatro años.
Dice Trump que no se sabe cuántos inmigrantes indocumentados hay, que podrían ser 30 millones. Se ha calculado que son 11 millones. Muchas organizaciones que investigan las olas de inmigración, han llegado a la cifra de 11 millones usando datos del Censo.
La cuestión es si Clinton haría algo distinto o mejor con la inmigración. Las muchas promesas de Obama se tradujeron en más de un millón de deportados en su primer mandato…Porque el asunto está en que los presidentes, en el fondo, tienen un poder limitado—justamente—por el Congreso y el Senado. Si se da una representación equitativa entre los dos partidos mayoritarios, o si el partido opositor tiene el control de la Casa, es muy difícil que una política poco aceptable por uno de los partidos pase.
El voto hispano
En este momento, Hillary Clinton tiene una ventaja de 66-24 sobre Donald Trump entre los votantes hispanos inscritos. A cualquiera de los candidatos le hace falta el voto hispano, que cuenta con más jóvenes nacidos ya en Estados Unidos. Trump ha irritado mucho a la población hispana con sus declaraciones, aunque ha tratado a última hora de ganarse más simpatías nombrando un gabinete asesor de campaña hispano…el problema es que después de la visita a México, muchos de ellos han renunciado. Los temas principales para los votantes hispanos son la economía, la salud, el terrorismo, la inmigración, la educación, política exterior, tratamiento de minorías raciales, seguridad social, políticas de armas, el medioambiente, los nombramientos a la Corte suprema, el tratamiento de los homosexuales, la ideología de género, y el aborto. Tradicionalmente, la mayoría de los hispanos (a excepción del grupo cubano generalmente, y algunos sectores de Texas) tienen tendencia demócrata, posiblemente por la tradición de trabajo sindical, el sentido de más atención a los problemas sociales, y el apoyo a los beneficios sociales que son más comunes en los demócratas, que en los republicanos que, por tradición, son más cercanos a los intereses de la empresa y a la economía de mercado.
El dilema, en fin, es grande. Siempre se aconseja en casos de tanta falta de claridad, votar “por el menor de los males”. El problema es que en este caso, es difícil determinar qué mal es menor. A muchos les queda la solución de emitir un voto mezclado (un split ticket)…es decir, dar un voto a la presidencia de un partido, y los votos a senadores y representantes estatales del otro, quizá así para garantizar unas políticas más moderadas de un lado u otro. En cualquier caso, el futuro se presenta difícil. Gane quien gane, será difícil para el pueblo aceptar un Presidente que no les gusta… y al o a la Presidente, le será muy difícil gobernar, porque no tendrá un mandato claro ni sentirá la confianza del pueblo. Pero como puede surgir algo bueno de situaciones malas, queda la esperanza de que el país se adentre en su propio espíritu, reencuentre las bellísimas raíces de su identidad como pueblo, y comience a reconstruir relaciones desde ahí. Ojalá.
LAS DIFERENCIAS EN LOS PROGRAMAS
1. TEMAS ECONÓMICOS. Aunque el desempleo no es tan alarmante como en otros muchos países, Trump insiste una y otra vez, a modo de mantra que se han perdido miles de trabajos…insinuando que se los han llevado los inmigrantes o que, con la práctica cada vez más extendida de comisionar a terceros países para conseguir una mano de obra más barata, hay empresas que se han trasladado…aunque eso no necesariamente afecte el ingreso de las empresas, sino más bien de los trabajadores. La solución de Trump es crear empleo americano (¿cómo?), reducir impuestos, y sin embargo poner más cargas impositivas a las empresas que tienen sus negocios en otros países… Clinton subiría impuestos a las clases más altas, subiría el salario mínimo y aumentaría el gasto en infraestructura…lo cual se supone que también crearía empleo. En cuanto al Acuerdo de Comercio Transpacífico, Trump estudiaría algunas maneras de hacerlo, pero Clinton, que lo apoyaba, ahora parece estar en desacuerdo con seguir adelante.
2. SALUD. Trump aboliría de inmediato el famoso Obamacare que tiene graves problemas ya que algunas aseguradoras se niegan a seguir participando, y las tarifas—incluso si escalonadas según los ingresos—para los seguros pagados por los individuos—resultan demasiado altas para algunos. Pero si no se inscriben, luego tendrían que pagar más impuestos. En el tema de Medicare (el programa médico para mayores de 65 años), aunque Trump aseguraba que no cambiaría nada, la plataforma republicana parece abogar porque los retirados paguen su propio seguro. Clinton, en cambio, abriría la posibilidad de inscribirse en el programa a personas desde los 55 años en adelante.
3. WALL STREET. Los demócratas abogan por regulaciones a los bancos, a partir del desastre de los préstamos basura, mientras que los republicanos no culpan a Wall Street y no estarían de acuerdo en imponer nuevas regulaciones.
4. CAMBIO CLIMÁTICO. Los demócratas defienden apasionadamente la necesidad de las regulaciones energéticas y medidas que frenarían el cambio climático, mientras que Trump toma una actitud más negacionista y escéptica respecto a los estudios científicos.
5. ABORTO. Los demócratas defienden el derecho de la mujer a tomar sus propias decisiones y a un aborto seguro y legal, mientras que los republicanos afirman la santidad de la vida y aseguran que la legislación actual referente al aborto debería ser abrogada. Clinton ha usado la defensa de Planned Parenthood en muchos de sus discursos como punto electoral.
6. HOMOSEXUALIDAD, IDEOLOGÍA DE GÉNERO, ETC. Clinton—que anteriormente se había mostrado opuesta a la legación del matrimonio homosexual– ha cambiado de tono ahora, llegando incluso a afirmar que habría que forzar a las confesiones religiosas a cambiar sus convicciones y reglas para adaptarse a las peticiones, reivindicaciones o exigencias del lobby gay, sobre todo en lo referente a la legalización del matrimonio homosexual. Los republicanos siempre se han opuesto a tal legalización y siguen manteniendo la postura.
7. IRÁN. La administración de Obama se inclinaba a imponer sanciones económicas a Irán, que aseguraran el acuerdo del gobierno iraní de no fabricar armas y de no atacar…pero los republicanos consideran que tal acuerdo representa una amenaza a la seguridad no sólo de Israel, sino de Estados Unidos mismo.
8. ISRAEL. La administración demócrata optaría por un reconocimiento de un estado palestino independiente, mientras que los republicanos siempre han considerado tal establecimiento como ilegal y peligroso para la seguridad de la zona.
9. POLÍTICA INTERNACIONAL. De este tema, lógicamente, tiene más experiencia Clinton…y posiblemente algo más de prudencia, a pesar de los graves errores y de la sombra de falta de transparencia o ineptitud del asunto de los emails. Cuando Trump se dedica a alabar a Putin, o a declarar que lo que hay que hacer en Irán es mandar una fuerza que se apodere del petróleo y se lo quite al país, ya no se sabe bien si delira, o de si es peligroso…
10. INMIGRACIÓN. Este es el tema que Trump ha tomado como su bandera electoral y arma que ha esgrimido de manera populista y con discursos plagados de mitos, con lo que ha convertido en una especie de arma que puede ser peligrosísima para las relaciones raciales. Pretende Trump, en ocasiones, hacer redadas y sacar del país a nada menos que 11 millones de personas; en otros momentos habla de la construcción de un muro…que pague México; en otros momentos habla de planes de autodeportación… con el fin de ayudar a los inmigrantes a entrar legalmente en el país. Pero, considerando que la presente espera para legalizar a una persona puede ser de más de 10 años, el plan parece nada realista y bastante imposible de imponer. Donald Trump aceptó la invitación del Presidente de México para desconcierto de muchos mexicanos que habían escuchado por meses insultos sobre su criminalidad, drogadicción, ilegalidad, etc… Muchos comentaristas políticos se alegraron. Mark Shields comentó: Si Trump consiguiera tener un mes de cordura, podría ganar las elecciones. A lo que responde Brooks irónicamente: “El problema es que ya ha tenido un mes de cordura…distribuido a lo largo de 70 años”.
Por CARMEN FERNÁNDEZ AGUINACO
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