Redacción: Puedes, para empezar, explicarnos ¿qué es un investigador Juan Rodés?
Talia Sainz: Los contratos Juan Rodés son una modalidad de contratos ofertados por el Instituto de Salud Carlos III, que combinan asistencia e investigación. Son el contrato perfecto si te gusta la clínica pero también te atrae la investigación…salvo porque tiene una duración determinada de 3 años. Se crearon recientemente, con el objetivo de incorporar médicos con experiencia en investigación (tanto básica como clínica) a los equipos asistenciales de los hospitales, para potenciar la investigación traslacional de calidad. Se ofertan muy pocos, unos 20 en toda España, y se otorgan por concurso de méritos, por curriculum y a la vista del impacto asistencial y en investigación del proyecto que cada candidato propone para un centro determinado. Para poder concursar, hay que haber tenido previamente un contrato Rio Hortega, de formación en investigación, lo que implica que has pasado al menos dos años investigando en el seno de un grupo de referencia nacional.
Redacción: Vaya, ¡pues enhorabuena entonces! Y pasados esos tres años…
T. S.: Bueno, la idea inicial era, creo, que los centros consolidasen a los candidatos que en esos tres años habían demostrado su valía, mediante la puesta en marcha de líneas de investigación e idealmente mejoras asistenciales, en la línea de sus investigaciones. Los primeros compañeros acaban ahora sus contratos y el futuro no es muy prometedor. En la actualidad no se hacen contratos nuevos en el sistema de salud madrileño, muchas jubilaciones se están amortizando, y hasta donde yo sé nadie ha sido consolidado como tal. Por otro lado, no existe en nuestro país una figura que compatibilice a largo plazo la asistencia y la investigación (cualquier nuevo contrato sería en principio puramente asistencial) así que realmente parece difícil poder desarrollar una carrera investigadora a largo plazo en un sistema como el nuestro, tan desbordado por la asistencia que cualquier otra cosa queda relegada al tiempo de ocio de cada cual.
R.: No entiendo entonces cómo hay médicos que investigan
T. S: ¡¡¡La mayor parte de las veces yo tampoco!!! En el fondo yo soy una afortunada, porque he podido dedicarme a las dos cosas que más me gustan, la pediatría y la investigación, simultáneamente. Echándole un montón de horas extras y de esfuerzo personal, por supuesto, pero aún así me considero afortunada.
Cuando trabajas con enfermos, te asaltan constantemente preguntas nuevas. La medicina no es una ciencia exacta, y hay tantas cosas que no sabemos que la investigación se hace imprescindible. Para mí va implícito en ser un buen médico, el buscar las respuestas a las preguntas que la ciencia no ha podido contestar. Y claro, es que hacen falta clínicos para hacer las preguntas adecuadas, si no estás cerca del paciente tu visión no es integradora, no es lo mismo. Por eso me parece absurdo que no esté contemplada esta posibilidad dentro de nuestro sistema de salud. Al final lo que hago es sacar el trabajo adelante a base de esfuerzo personal, de robarle tiempo a la familia y a los amigos…bueno y por supuesto al ocio…¡dónde quedó el ocio! Supongo que esto mismo les pasa a muchos compañeros, que tienen que robar tiempo para atender a sus pacientes (porque la sobrecarga asistencial es muy alta hoy por hoy para casi todos los profesionales sanitarios) y para dedicarle a sus proyectos de investigación.
R.: Parece que ves más negro el tema de los recursos humanos en investigación que el problema de los recortes y la falta de financiación de proyectos.
T. S: Bueno, la falta de financiación es un problema, no hay duda de que los recortes se han notado mucho en investigación entre otros ámbitos, pero en mi experiencia y por lo que he visto a mi alrededor, los proyectos que merecen la pena, al final y con mucho esfuerzo, acaban por salir adelante. La colaboración con la industria privada en España ha ayudado mucho, al menos en medicina. En otras áreas las penurias en investigación me imagino que deben ser mucho mayores. Quizá uno de los problemas fundamentales es que en España los plazos de financiación de proyectos suelen ser muy cortos, tres años como mucho, y eso obliga a invertir constantemente recursos en buscar financiación, y dificulta el abrir líneas con objetivos a largo plazo. Es casi obligado tener resultados publicables a corto plazo, para poder obtener mas financiación, y eso puede ser contraproducente. Hay proyectos que requieren años de trabajo, poner a punto nuevas técnicas, montar redes de trabajo, colaboraciones….y todo eso a expensas de financiación anual o trianual es complicado.
R.: Y en relación a los recursos humanos, ¿se puede decir algo similar?
T. S: Pasa lo mismo en cuanto a recursos humanos, la inestabilidad laboral y la precariedad obligan a invertir muchos recursos en buscar financiación, contratos…y los grupos de investigación están constantemente amenazados porque se acaban los plazos, porque aunque demuestres valía no está claro que puedas acceder al siguiente contrato. Muchos de mis compañeros de laboratorio se han pasado en un momento dado a la industria, o trabajan fuera de España, en grupos de prestigio, por cierto. Sin duda desde un punto de vista laboral se sienten mejor valorados, mejor tratados…y mejor pagados claro! Que de esto no he hablado probablemente porque tengo la suerte de no tener que darle mucha importancia, pero la verdad es que la remuneración de muchos contratos de investigadores predoctorales, postdoctorales y técnicos de laboratorio es vergonzosa. Los médicos nos salvamos un poco en este sentido y además siempre tenemos la opción de hacer guardias para complementar.
R.: Supongo que lo dices por experiencia… ¿esto no es así en otros lugares?¿Te has planteado buscar suerte en otros países?
T. S: Hace tres años hice una estancia en una universidad americana, y también he trabajado puntualmente en Reino Unido. Y sí, si nos comparamos con lugares como Estados Unidos, desde luego estamos en otra liga, no hay duda. Sinceramente, si no fuese porque como médico hay que volver a hacer la residencia, con todo lo que ello implica, creo que me habría quedado. Desde luego los medios desde un punto de vista investigador no tienen comparación, de hecho, es llamativo el nivel de investigación de algunos grupos en España cuando uno tiene en cuenta la diferencia de medios. En el campo de la infección por VIH en el que trabajo, en España trabajan muchos grupos de referencia internacional, y aunque es verdad que hay mucha inversión de la industria farmacéutica sin la que sería inviable gran parte de la investigación que estamos haciendo, los medios no son comparables a lo que ves cuando sales. Y luego la sensación de que se valoran tus méritos, éso es algo que sinceramente en España no había experimentado. Aquí se lleva más en general el estar en el momento adecuado en el lugar adecuado. Y cuando se valoran los méritos, para unas oposiciones en sanidad por ejemplo, la tesis doctoral o las publicaciones en revistas internacionales tienen un peso ridículo respecto a otros méritos. Esto tampoco es un incentivo para implicar a los profesionales más jóvenes, ni una recompensa para los investigadores.
R.: ¿Animarías a investigadores jóvenes a emigrar a otros países?
T. S: Bueno, a emigrar no sé si diría, pero desde luego creo que es imprescindible salir y ver y vivir cómo son las cosas en otros lugares. Eso será enriquecedor en lo personal y a lo mejor les ofrece oportunidades que aquí no tendrían, y en cualquier caso será beneficioso también si vuelven con experiencias nuevas y otra manera de ver las cosas. Yo creo que este país en general salimos y nos movemos poco.
R.: No hemos hablado de igualdad de género, ni de conciliación familiar en el mundo de la investigación
T. S: Ah! Pues me imagino que como en el resto…malamente….Aunque quizá mi experiencia no sea muy representativa, porque curiosamente desde que empecé mi andadura investigadora ¡yo he tenido siempre jefas! Digo curiosamente porque no tengo sensación para nada de que sean mayoría las mujeres en el mundo de la investigación y mucho menos liderando grupos. Siempre me he sentido muy apoyada, y creo que han hecho personalmente todo lo posible por ayudar a conciliar la vida familiar de cada uno de los investigadores de sus grupos respectivos. Pienso que el todas hayan sido (y sean) mujeres y madres trabajadoras habrá tenido algo que ver. Sin su ayuda y su apoyo incondicional mi carrera no habría sido igual. Sin embargo, eso difícilmente puede compensar las desigualdades inherentes al sistema. Te pongo un ejemplo. En la valoración de méritos para cualquier concurso público, oposiciones… convocatoria de proyectos de investigación incluidas, se valoran los cinco o seis últimos años del curriculum (en cuanto a publicaciones, proyectos de investigación en los que has participado…). Yo en los últimos 6 años he tenido 3 hijos, con las consiguientes bajas maternales y alguna excedencia sin sueldo que he cogido para poder estar con mis hijos hasta los seis meses. Esto por supuesto no se tiene en cuenta. Mis cinco años se comparan con los cinco últimos años de cualquiera de mis compañeros varones. ¿Tan difícil sería tener en cuenta las bajas maternales en el cómputo de años?
Porque hay otras cosas que sé que no se pueden computar….no quiero entrar en debates sobre cuestiones de género, cada uno que haga la lectura a su manera. Pero creo que aun nos queda mucho por avanzar en este sentido. Esa es otra desventaja de la carrera investigadora, la sensación constante de que el tiempo apremia…si tardas en sacar un resultado alguien lo publicará antes que tú, si te pides una excedencia te pesará en tu curriculum al peso… en el campo del VIH la investigación avanza a una velocidad impresionante, de hecho, se toma como modelo de cómo deberían ser las cosas en otras áreas de la medicina, pero claro, es difícil seguir el ritmo! Hoy en día todos vivimos estresados, pero te aseguro que compaginar asistencia clínica, investigación y ser madre, y ejercer como tal, y hacerlo bien, es casi imposible. Yo soy muy consciente de que mi carrera se resiente y que las cargas familiares se notan, y mucho, pero bueno, es lo que hay, no quiero renunciar a ninguna de las tres cosas y de momento lo voy llevando como puedo.
R.: Realmente creo que necesito que me explique qué es lo que te hace seguir ahí
T. S: Supongo que la investigación, como la medicina, es altamente vocacional. La medicina es gratificante a corto plazo, cada día, si sientes que has podido diagnosticar, tratar o al menos acompañar a una persona enferma. Las posibilidades que te ofrece la investigación van mucha más allá, pero también son mucho menos tangibles. Yo investigo los mecanismos por los que el virus del VIH interfiere con el sistema inmune en los niños. No hace falta que os hable de la epidemia de VIH, de la cantidad de niños afectados en el mundo. Cualquier avance, cualquier aportación puede ser beneficiosa para millones de personas, puede ser un paso más en el camino hacia la erradicación del virus y la curación. Cada vez que me desmoralizo, me desespero y me dan ganas de irme a pasar una consultita de pediatría y dejar de complicarme la vida, ésta es la razón que me hace continuar.
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