El 2018 fue un año muy interesante desde el punto de vista cinematográfico. Echando una mirada de conjunto encontramos algunas cuestiones comunes a muchas películas, cuestiones que o bien pertenecen a la agenda cultural del poder, o bien son temas a contracorriente. Vamos a repasar ocho de estos grandes temas transversales presentes en muchas películas.
1. Antropología de mínimos
En muchas películas se dibujan rasgos antropológicos interesantes. Unas veces se trata de elementos humanos de autenticidad, aunque sean parciales o pequeños; pero en otras se vislumbra una antropología confusa, claramente posmoderna. Por ejemplo, en La forma del agua de Guillermo del Toro, se refleja la soledad e inadaptación del hombre contemporáneo. Para salir de esa triste situación se propone la apertura al otro como soledad compartida, el encuentro entre seres incompletos. En términos médicos diríamos que Guillermo del Toro hace un buen diagnóstico pero aplica un tratamiento meramente sintomático, que en realidad cronifica la enfermedad. A esto nos referimos con antropología de mínimos.
Algo parecido sucede con Lucky, que trata de un anciano solitario que empieza a inquietarse ante la perspectiva de su muerte. Ateo convencido, se ve invadido por el miedo y busca en su voluntarismo la forma de afrontar su final. La película solo ofrece como salida un nihilismo melancólico incapaz de afrontar satisfactoriamente el problema de la muerte, y por tanto, de la vida. Algún punto en común tiene con Cold War, muy valorada por la crítica. Es una trágica historia de amor, llena de fuerza y autenticidad, pero que desemboca en un final nihilista que deja al espectador sumido en tristeza y melancolía.
Otras películas en las que se declina esa antropología mínima como perplejidad afectiva son El repostero de Berlín o las españolas Las distancias, Los amores cobardes, La búsqueda de la felicidad y Ana de día, que tratan de treintañeros con confusión existencial/sentimental, al igual que la francesa Bienvenida a Montparnasse.
En el cine independiente americano encontramos sugerentes propuestas como Lady Bird, que retrata el paso a la madurez de una adolescente en busca de identidad y nos ofrece un hermoso canto a la familia y a las relaciones materno-filiales, pero trufado de corrección política y de una estudiada superficialidad en muchos temas. También desde el cine indie nos llegó The Rider, un lento pero intenso drama que habla del sentido del trabajo y que elogia la sincera religiosidad. O El regreso de Ben, en la que Julia Roberts interpreta a una madre coraje que decide apostarlo todo por su hijo descarriado. Lo mismo, pero entre profesora y alumno, encontramos en la francesa El taller de escritura, que además alerta sobre los peligros del aburrimiento de los jóvenes. Y de oriente vino la deliciosa Una receta familiar, una excelente película gastronómica que narra un drama familiar de perdón y reconciliación con el pasado.
También en este apartado hay cine español notable. Viaje al cuarto de una madre trata de una mujer viuda que intenta convertir a su hija adolescente en el remedio a su duelo y soledad. Entre dos aguas, que ganó la Concha de San Sebastián, nos cuenta la historia de dos hermanos gitanos que luchan para sacar adelante a sus familias dejando atrás los traumas y errores del pasado.
2. Entre acoger la vida y los guiños eutanásicos
Otro gran tema que debe comenzarse con la exitosa comedia española Campeones y su consiguiente documental Ni distintos ni diferentes: Campeones. Ambos films, divertidos y tiernos, reivindican el valor de las personas discapacitadas, que hoy son carne de cañón del aborto. Por otro lado, en una cultura que tiene pánico al sufrimiento, un documental como Black Panther supone un desinhibido testimonio del valor de la vida a pesar de las duras condiciones en las que se pueda desarrollar, como es el caso de los niños enfermos protagonistas. Una película en la que la última palabra es la alegría. Fuera del género documental, encontramos la brasileña Pequeño secreto, tan dura como positiva, que es una hermosa historia sobre los vínculos no biológicos y la acogida del otro. En la otra cara de la moneda están películas que flirtean con la eutanasia, como La enfermedad del domingo o El viaje de sus vidas.
3. La fuerza de las historias reales
Cada vez son más frecuentes las películas basadas en historias reales, historias que, en muchas ocasiones, son auténticos testimonios de humanidad y heroísmo, como la alemana La revolución silenciosa, que nos brinda un ejemplo de compañerismo y solidaridad en la Alemania comunista; o dos emocionantes películas situadas en la Rusia de la Guerra Fría, una en el espacio y otra en el fondo del mar, Salyut-7: Héroes en el espacio y Kursk. Y en tierra firme se sitúa Héroes en el infierno, sobre un grupo de abnegados bomberos.
Siguiendo con los hechos reales, pero centrándonos en historias netamente políticas, tenemos muy buenos ejemplos este año como La muerte de Stalin, que hace una crítica mordaz a los métodos del estalinismo y las arbitrariedades del poder. 1945 es una interesante cinta que nos habla de la mala conciencia de tantos húngaros que delataron a judíos y se quedaron con sus propiedades en tiempos del Holocausto.
Sobre la política norteamericana nos llegó El escándalo de Ted Kennedy, centrada en la vida del tercero de los Kennedy, un drama moral que exalta el valor de la conciencia así como critica el cinismo de los poderosos. En esa misma línea estaba A la sombra de Kennedy, un interesante retrato del presidente Johnson. Y de América Latina vino La noche de 12 años, durísima recreación del periodo carcelario de tres terroristas tupamaros en Uruguay. A pesar de su crudeza, no faltan momentos de gran humanidad.
4. El tsunami de género
La ideología de género ha estado muy presente en la cartelera, bien como feminismo radical o exaltación de la homosexualidad. Por ejemplo, María Magdalena reinterpreta los orígenes de la Iglesia en clave feminista, a partir de unos textos gnósticos. De empoderamiento femenino trataba El orden divino, sobre la historia del derecho al voto en Suiza, mezclado con el tema del aborto, la liberación sexual y la crítica de la religión. Otro film de heroínas feministas es Lou Andreas-Salomé, sobre la vida de la homónima escritora y psicoanalista rusa. Muy crítica con la moral decimonónica, la película tiene cosas interesantes, eclipsadas por su descarada agenda oportunista de corrección política. En la misma línea es Colette, un biopic sobre la escritora Sidonie-Gabrielle Colette, que en el París de los años 20 causo escándalo sobre su serie de novelas de Claudine y Gigi.
Otras cintas que de formas muy diversas abordan temas feministas son Mi querida cofradía, ¡Qué guapa soy! o Custodia compartida, sobre la violencia de género. Novedosas son las películas de personajes tradicionalmente masculinos y que ahora protagonizan mujeres, como Ocean´s 8 o Viudas.
Directamente centradas en la homosexualidad se ha estrenado Disobedience, que nos propone la tópica historia de dos mujeres que reprimen su atracción lésbica debido a la intransigencia religiosa de su comunidad, en este caso judía. Una historia parecida es la de la española Carmen y Lola. Si nos centramos en las tramas gays, recordamos Con amor, Simon, sobre un chaval gay que oculta su homosexualidad, o Nadie nos mira, centrada en un actor argentino gay cuya vida es una huida hacia adelante. La transexualidad la encontramos en Lola Pater, interpretada por Fanny Ardant. Finalmente, Girl trata del drama de un adolescente transexual que inicia los preparativos para la operación quirúrgica que le va a cambiar el sexo.
5. Críticas al capitalismo avaro/ Los descartados
Son muchas las cintas que se hacen eco de la crisis económica, de los movimientos migratorios, de los descartados… Como crítica al capitalismo voraz encontramos los interesantes dramas morales empresariales La número uno y Corporate, la argentina Las grietas de Jara, sobre las corruptelas del mundo inmobiliario, o la última cinta de Ridley Scott, Todo el dinero del mundo, sobre la avaricia del capitalismo, al igual que La tribu, en clave de comedia. Una variante de esta avaricia es la corrupción, muy presente este año en cintas españolas como El reino, La sombra de la ley, Animales sin collar y El desentierro, o la argentina Mi obra maestra, fuera del entorno político.
Sobre los descartados tenemos la extraña película de animación Isla de perros, el documental Marea humana, la mágica Lazzaro feliz o la agridulce La casa junto al mar. En otro orden de cosas, Roman J. Israel, Esq. ofrece la interesante historia de un abogado que trata de vivir siempre al dictado de su conciencia.
6. Multiculturalidad y cultura del perdón
Este tema de gran actualidad no podía estar ausente de nuestras carteleras, y nos ha dejado interesantes testimonios, como El insulto, que habla de la necesidad de perdón entre un palestino y un libanés, o Invitación de boda, una película palestina que también habla del perdón. De México llegó La delgada línea amarilla, un film que además del perdón trata sobre la caridad, los vínculos, la familia y la paternidad. Alemana era Western, que contrapone dos formas opuestas de mirar al otro. Pero la gran película sobre el perdón es el documental El mayor regalo.
7. La cuestión religiosa
Ha habido algunas cintas que han tratado la cuestión de la relación entre la razón y la fe, como El caso de Cristo, basada en un hecho real, o La aparición sobre las apariciones marianas. Curiosamente, también ha habido cine bíblico (Pablo, el apóstol de Cristo, Sansón) y documentales, como Dos coronas, sobre San Maximiliano Kolbe, El Papa Francisco: un hombre de palabra y El misterio del Padre Pío.
8. Las distopías
Por último, no podían faltar en los tiempos oscuros que vivimos, algunas distopías como Mortal enginees, la sueca The Unthinkable, la francesa La bruma o el extraño musical Ana y el apocalipsis, películas que dibujan un nada halagüeño futuro.
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