ACTUALIDAD OPINIÓN

POESÍA COMO CEMENTO DE UNIDAD

Cuando la vivencia de dos lenguas enriquece y no separa, cuando el conocimiento de lo diverso, de lo distinto, se hace riqueza y no enfrentamiento, cuando nos abrimos a la pluralidad y reconocemos que la diversidad nos une, estamos construyendo humanidad, derribando muros y fronteras.

Amin Maalouf en su reciente obra El naufragio de las civilizaciones sitúa las razones de este “naufragio” en la pérdida de la pluralidad y el respeto que existía en el seno de estas civilizaciones de Levante donde él creció y se desarrolló: “La desintegración de las sociedades plurales de Levante ha traído consigo una degradación moral irreparable que en la actualidad afecta a todas las sociedades humanas y da rienda suelta en nuestro mundo a barbaries insospechadas” y está convencido de que el ideal para cualquier país sería contar con un dispositivo de supervisión que comprobara de forma permanente que ningún sector de la población y ningún ciudadano padeciera una discriminación injusta vinculada a la etnia, color, religión, edad, sexo, lengua, etc. Por lo que hemos de esforzarnos en reconocer las sensibilidades diversas que existen en el seno de la población para que cada uno se reconozca en la sociedad en la que vive, en su sistema social y en sus instituciones.

En el espíritu de la época que percibe expresa cómo lo que caracteriza a la humanidad actual no es una tendencia a agruparse en conjunto amplios, sino una tendencia a la fragmentación y, a menudo, a la violencia. Porque existen cada vez más factores que fragmenten que factores que unan.

Por ello, cuando constatamos que hay hombres y mujeres que en su humanidad cimentan y no separan, nos alegramos porque ellos son una expresión de que la tendencia o el espíritu de una época se puede cambiar, de que la generosidad puede vencer al egoísmo. Porque -dice Maalouf- “si las disparidades son alarmantes, no es ya porque se corra el riesgo de que traigan consigo levantamientos planetarios, sino porque la desaparición de la brújula ética que representa el principio de igualdad contribuye en todos y cada uno de nuestros países, y también para la humanidad entera, a la desintegración del tejido social”. Por eso se pregunta: ¿Qué es lo que consolida las sociedades humanas? ¿Qué infunde a las personas y a los grupos el deseo de vivir juntos?, ¿la voluntad de pertenecer a la misma colectividad, a la misma nación?

Nos preguntamos ¿puede ofrecer la poesía, expresada en dos lenguas, un símbolo de que la riqueza de la diversidad es posible y puede ser ella cemento de unidad? Sí, así lo creemos en la voz de un poeta catalán, Joan Margarit,  quien comenzó su poesía en lengua castellana y la continuó en la catalana.

Joan Margarit i Consarnau acaba de ser galardonado con el Premio de Literatura en Lengua Castellana Miguel de Cervantes 2019 por “su obra poética de honda transcendencia y lúcido lenguaje siempre innovador”. 

Un poeta que escribe en las dos lenguas, que comenzó su poesía en lengua castellana, dado el contexto de su época, pero que en los años 80 comenzó su andadura catalana. 

A partir de esa fecha escribe y publica en catalán, pero también crea en lengua castellana, porque no traduce sus obras sino que las recrea. Un hombre que prefiere “el diálogo entre lenguas”. Dice Margarit: “No se trata de poemas en catalán traducidos al castellano, sino que están escritos casi a la vez en ambas lenguas”:

DIGNIDAD

Si la desesperanza/tiene el poder de una certeza lógica,/y la envidia un horario tan secreto/como un tren militar,/estamos ya perdidos. Me ahoga el castellano, aunque nunca lo odié./Él no tiene la culpa de su fuerza/y menos todavía de mi debilidad./El ayer fue una lengua bien trabada/para pensar, pactar, soñar,/que no habla nadie ya: un subconsciente/de pérdida y codicia/donde suenan bellísimas canciones.

El presente es la lengua de las calles,/maltratada y espuria, que se agarra

como hiedra a las ruinas de la historia./La lengua en la que escribo.

También es una lengua bien trabada/para pensar, pactar. Para soñar.

Y las viejas canciones/se salvarán.

DIGNITAT

Si la desesperança té la força/d’una certesa lògica,/i l’enveja un horari tan secret

com un tren militar, estem perduts.

El castellà m’ofega i no l’odio./No en té la culpa de la seva força:

de la meva feblesa, encara menys./L’ahir era una llengua ben travada

per pensar, per pactar i per somiar,

que ningú ja no parla:/un subconscient de pèrdua i cobdícia

on ressonen bellíssimes cançons.

El present és la llengua dels carrers,/maltractada i espúria, arrapada

com l’heura a les ruïnes de la història./És la llengua en la qual escric.

També és una llengua ben travada/per pensar, per pactar i per somiar.

I les velles cançons se salvaran.

Ambas lenguas, la castellana y la catalana, bien trabadas para pensar, para pactar y también para soñar. ¿Por qué oponerlas y no engarzarlas en un uso cotidiano que nos enriquece? En su poesía advertimos, como expresa Luis Antonio de Villena, “un corazón herido y lúcido y una emoción caudal temblorosa y cercana”:

“Cavar entre les pedres/els terrossos/i les arrels que mai no arrencaràs/

Pero aquest es el preu del que és profund./

Cavar és religiós./ És una forma de bondat.

Cavar de noche. Luego arrodillarse/y alzar los ojos hacia el firmamento/

Sin olvidar que todo ha de buscarse en tierra:/

Como alzar una casa o escribir poesía./

Incluso desde dónde poder volver a amar/en este temporal de la memoria”.

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