Asistimos desde hace varias décadas al goteo imparable de cierre de salas de cine en España. Aunque llevamos un par de años estables, lo cierto es que la tendencia es clara. En 2017 quedaban en Madrid capital el 18% de los cines que había en 1969. De la Barcelona de los sesenta a hoy han desaparecido 132 cines de barrio. Las razones del descenso varían en cada periodo y son claramente objetivables. Pero el momento actual parece el más grave de todos.