La situación vivida a lo largo de este tiempo de pandemia quizá ha cambiado la afirmación de León Felipe porque todos hemos aprendido la esencialidad de unos oficios que nos han mantenido con el pulso de la vida o han acariciado los restos de personas queridas en su último viaje al cementerio. Y así hemos valorado esos oficios que, escondidos en la cotidianidad, son esenciales para nuestra vida. Oficios y trabajos en ocasiones mal pagados y mal valorador por la sociedad, como los trabajadores de los supermercados, cajeras, reponedores, transportistas, profesionales de la limpieza, y… sepultureros.