OPINIÓN

SÍ A LA VIDA: PALABRA DE MUJER

El mes de marzo trajo a primera plana la figura de la mujer, una mujer que, aunque ha conseguido muchos derechos, todavía en muchas ocasiones no ha logrado que se rompa ese techo de cristal que impide su plena realización. Pero hoy no hablamos de derechos, sino que queremos presentar historias de mujer que dieron un sí rotundo a la vida, a pesar de las limitaciones que les impuso la llegada del accidente o enfermedad que cercenó sus posibilidades en el inicio de su juventud o en la madurez de una vida que se  había abierto llena de posibilidades. La fuerza de su gesto, su inconmovible esperanza, les ha hecho superar los muros de piedra que rompieron sus sueños.

La primera de ellas, Desirée Vila. Su figura, llena de vigor y alegría, aparecía en las pantallas de los medios de comunicación en este mes de marzo y se aludía a ella como la atleta paralímpica que, a pesar de la amputación de una pierna, se estaba preparando para los Juegos de Tokio, Toda una campeona biónica.

Su historia es una carrera de valor y superación, un accidente el 26 de febrero  de 2015 rompió su vida como gimnasta al tenerle que amputar la pierna derecha a los 16 años. Hizo una dura rehabilitación y se inició en otras modalidades deportivas hasta que comenzó a practicar atletismo, donde consiguió  el campeonato de España en 100 metros libres y también el salto de longitud en 2018, títulos que revalidó en 2019. Su libro Lo único incurable son las ganas de vivir  nos revela su apuesta por la vida a través del deporte.

Hoy, Desirée, es una de las mujeres que protagonizan la iniciativa de la National Geografic,  el vídeo Palabra de mujer,  que busca ofrecer a las mujeres de las nuevas generaciones un medio que ponga voz a sus sueños, a la consecución de sus propuestas, a inspirar a otras mujeres y hacerlas creer  en sí mismas y sentirse capaces de todo. Por ello, este vídeo a través del poder de la palabra,  inspira y quiere inspirar  a las futuras generaciones “qué significa  ser mujer en sus profesiones, cómo se han enfrentado a situaciones de género y cómo estas las han motivado a seguir avanzando en un mundo más igualitario. Sus voces se unen para expresar sus experiencias y demostrar que con fuerza y determinación nada en el mundo puede pararlas”.

Junto a  Desirée Vila, aparecen las palabras de otras dos mujeres, María Contreras Coll y Flora de Pablo, los subtítulos en su presentación ya nos identifican algunos de sus rasgos. María, Atrévete a mirar más allá y Flora, Nunca dejes de hacerte preguntas. La primera, fotógrafa; la segunda, doctora en Medicina y especialista en biología celular y molecular.

Junto a estas voces de mujer, quiero traer hasta aquí fragmentos del relato de una joven doctora, psquiatra, Natalia Neira, que sintió en su cuerpo la irrupción de la enfermedad y así la describe en su relato La marea del cáncer: “Sentada en la arena frente al mar, lo miro, lo admiro, lo disfruto, no se detiene, siempre vivo. La marea va y viene. Oleaje en mi alma.

Recuerdo… Miro hacia atrás. Han pasado cuatro años desde aquel maldito diagnóstico: cáncer de mama metastásico. Tenía treinta y siete años, una buena relación de pareja, un niño de tres años y un bebé de seis meses en mi regazo al que todavía amamantaba. Tenía la vida entre las manos…”.

Desde aquel inicio, 2014, han pasado siete años y Natalia sigue sintiendo la vida entre sus manos. La ha peleado en cada momento en la que la batalla se agudizaba: “La vida no me lo pone fácil, obstáculo tras obstáculo, varios ingresos, operaciones, tratamientos continuos, demasiado tiempo en el hospital, pruebas y más pruebas, malestar…, pero mis hijos crecen y yo con ellos […] me han crecido alas en las cicatrices y voy viendo que soy capaz de sobrevivir, de vivir…”.

Sí, Natalia es esa mujer de las mil batallas de que nos habla Manuel Carrasco,  su vida tiene ese nombre, porque en la fuerza de su mirada reside el valor de su lucha por su vida, por la de su familia, porque ha plantado esperanza en el lugar donde duele: “Contemplo el mar, algo muy profundo perdí y algo muy profundo he encontrado. Mi vida, sus vidas…arena, sal…Espero”.

Su esperanza es el río que contagia de vida a las mujeres de hoy y de mañana. 

Sí, estas historias de mujeres merecen ser rescatadas para ser la inspiración de futuras generaciones, porque la vida en cualquiera de sus circunstancias, aún las más dolorosas, es un don, un regalo que recibimos y entregamos cada día. 

Comments

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Solicitamos su permiso para obtener datos estadísticos de su navegación en esta web, en cumplimiento del Real Decreto-ley 13/2012. Si continúa navegando consideramos que acepta el uso de cookies. Más Información

The cookie settings on this website are set to "allow cookies" to give you the best browsing experience possible. If you continue to use this website without changing your cookie settings or you click "Accept" below then you are consenting to this.

Close