ACTUALIDAD LITERATURA

EMILIA PARDO BAZÁN SU VIDA, SU MEJOR OBRA

La primavera fue, sin duda, un tiempo florido en homenajes, actos de celebración de esta gran mujer, de esta gran escritora, con reediciones de sus obras, etc.

Su tierra gallega se vuelca en su honra. Por solo dar un dato, en septiembre (días 22 al 25), en La Coruña, tendrá lugar un magno Congreso Internacional, Emilia Pardo Bazán en su centenario. La apertura correrá a cargo de la académica Carmen Riera, que simbólicamente da la mano a quien fue rechazada tres veces por la Real Academia de la Lengua, a causa de ser mujer. Es un congreso con gran afluencia de especialistas nacionales y extranjeros que han creado un grupo llamado pardobazanistas, entre los que, de corazón, me encuentro.

Pérez Galdós / Isabel Burdiel

De entre toda esa abundancia de actos culturales que hacen a Pardo Bazán noticiable casi cada día, es de destacar la gran exposición que la Biblioteca Nacional de España mantendrá sobre la escritora del 9 de junio al 26 de septiembre de 2021, siendo su comisaria la historiadora Isabel Burdiel, autora de una magnífica biografía, Emilia Pardo Bazán (Taurus, 2019), que sin duda marcará un antes y un después. 

Es un trabajo intelectual hercúleo. Sus 750 páginas se leen con un creciente interés. A través de ellas, vemos la vida de esta excepcional mujer, pero también el tiempo que le tocó vivir, injusto en tantos órdenes de cosas de la vida política y social, y superinjusto y discriminador para la mujer.

El motor cultural ya estaba en marcha. En 2019-2020 se celebró la gran exposición sobre Benito Pérez Galdós, bajo el rótulo La verdad humana, también en la BNE. A través de ella, supimos mucho sobre la escritora gallega. Y de la interesante relación intelectual y amorosa que Pérez Galdós y ella mantuvieron. La concatenación de los dos centenarios de sus muertes respectivas, tal vez haya sido un homenaje secreto de amor del escritor a doña Emilia. Un regalo cronológico que la fortuna les/nos hizo. 

Adelantados de la modernidad

Los dos escritores están unidos por el amor (el gran eros del logos) y por la modernidad. Galdós 1843-1920, aporta a la cultura literaria española, una imagen del ser humano que supera la forjada a base de arquetipos y dualidades, dominantes desde el renacimiento. Pardo Bazán, es el reto de la modernidad (subtítulo de la futura exposición en la BNE). No es gratuita esa denominación, ya que ella fue la modernidad en persona. Aceptó todos los retos literarios, personales e intelectuales que le salieron al paso, o mejor, que ella buscó. Fue europea y trasnacional avant la lettre y, sobre todo, antes que la inmensa mayoría de mujeres (y hombres) de su época.  

De rabiosa actualidad

El quid es que ambos escritores han revivido, que viven con más fuerza que nunca en nuestro imaginario cultural, en los escaparates de las librerías y, sobre todo, en nuestro interés lector. Por no decir que hay fuego en las redes. En cierto modo, y en la medida que la situación pandémica deja un resquicio a otras dimensiones de la vida, podría decirse que la cuestión palpitante (como gustó titular a una obra suya) es en la actualidad cultural, ella, Emilia Pardo Bazán.

Retrato breve

Emilia Pardo Bazán nace el 16 de septiembre de 1851 en La Coruña. Muere el 12 de mayo de 1921, en Madrid. Era hidalga por los cuatro costados. Pertenecía a una nobleza local que hacía las veces de clase rectora en la sociedad gallega (junto con los eclesiásticos).

Es autora de una extensa obra novelística, entre las que destacan sus novelas Los pazos de Ulloa, Insolación, entre otras de gran interés. Asimismo, escribió narrativa corta, ensayo y crítica literaria (La cuestión palpitante), con destacables trabajos sobre la mujer española. Libros de viajes, obra periodística, teatro, biografías, lírica, traducciones (entre ellas, el clásico La esclavitud femenina de John Stuart Mill) y un gran epistolario, cuentan en su haber.

En 1906 llegó a ser la primera mujer en presidir la sección de literatura del Ateneo de Madrid, así como la primera mujer en ocupar una cátedra de literatura en la Universidad Central de Madrid (a pesar de estar prohibida la educación universitaria a las mujeres). Tuvo que sufrir el boicot de alumnos y profesorado, estando sola en la mayoría de sus clases, de tal manera que su cátedra fue una victoria pírrica. 

Rompeolas de todos los prejuicios machistas

Emilia Pardo Bazán fue el rompeolas contra el que se iban a chocar todos los prejuicios machistas de su época. Uno tras otro venían a estrellarse contra ella, que mujer valiente y segura de sus convicciones, los enfrentaba sin arredrarse. 

Nuestra escritora vivió en un mundo demediado. No tan lejano al actual (pregúntenselo a la Presidenta de la Comisión europea Ursula Von der Leyen, sometida a una inmersión de estatus y discriminada por sus colegas  en el llamado sofagate). 

A la admirable escritora, convertida ya, en una especie de alter ego mío, le dedico este poema: Un mundo demediado: Ellos se coronaron de laureles, / engolaron la voz. / Ellos ordenaron lo que era justo, / fijaron lo que es imprescindible, / lo que tiene valor. / Ellos crearon el canon del mundo. / En el jardín, olía a incienso. / Pavos reales abrían sus colas.

Hiedra, selva, volcán

Luz en la batalla, de bellum luce, ese fue el lema que adoptó para su vida. Es interesante ver cómo describe esta refriega: Es el caso que he sido, en los treinta y pico años de mi carrera literaria, el más atacado y combatido de los escritores españoles. Todo se me ha regateado con avaricia; he ido conquistando el terreno palmo a palmo. Es cierto que tuve público desde mi primera novela, pero era una caminata por las dunas; avanzaba y fuerzas invisibles me hacían retroceder. No teniendo acaso tiempo ni humor para analizar despacio mis escritos, aplicaban lentes ahumados al estudio de mi carácter y hasta el físico, que nada tiene que ver, supongo, con las letras. Yo era así, yo era asá, yo era soberbia, yo era vanidosa… Por reprochar, hasta se me reprochaba el disfrutar de buena salud.

Esta cita y más que glosan el texto están sacadas de la magnífica biografía de Burdiel, ya citada.

La vida como batalla

La vida es batalla (Gaudí dixit). La vida es un safari peligroso para todo el mundo, he escrito en algún poema. Para los temperamentos activos aún más batalla, porque nos batimos en muchos frentes. Y aún más, para los seres poliédricos, seres complejos, de muchas caras, como son los artistas. Y, sin duda, Pardo Bazán tenía el arte de la escritura. A todo ello, hay que sumarle, la gran batalla que tuvo que dar en el campo cultural y académico, por el simple hecho de ser mujer. Ésta fue sin duda, la madre de todas las batallas. “Si en lugar de Emilia, me hubiera llamado Emilio, qué distinta hubiera sido mi vida”, afirmó la escritora. 

La luz de la biografía

El estudio de una biografía arroja mucha luz sobre lo que es una persona, y gran explicación sobre Pardo Bazán, en un tiempo fieramente patriarcal. El caso de Emilia Pardo Bazán es absolutamente relevante. 

¿De dónde sacaba tanta fortaleza? ¿De dónde venía su personalidad atípica con lo que era la norma de ser mujer en su época? Tanto chocaba, que se llegó a decir: es mucho hombre esta mujer. 

Las mujeres de mujeres élites son el foco de mi investigación sociológica.  Ellas han necesitado un enorme refuerzo de circunstancias biográficas favorables y singulares para triunfar. Ésta ha sido mi observación sobre más de cien biografías de mujeres relevantes españolas, amén de otros estudios internacionales. Reúnen estas mujeres élites: capital económico, social, cultural, simbólico y, muy significativamente, capital emocional que las dota de un poderoso superego hablando (en términos de psicoanálisis) para emerger y salir vencedoras de tanta presión a la contra. 

Tal es la riqueza de la personalidad de Emilia Pardo Bazán, que no es casualidad que Burdiel abra su biografía con esta significativa cita: Los grandes artistas son monstruosidades biológicas, históricas, engendran el tiempo que los ha engendrado. (S. Kracauer)

El caso de  Pardo Bazán, es el de una hija única, firmemente apoyada por su padre. Ella misma dijo: “Si hubiera tenido un hermano, mi vida hubiera sido otra”. He aquí citas textuales de la relación de amor y admiración hacia su padre (un prohombre de la élite gallega) que expresa así: Mi padre era el mejor de los amigos, el más leal de los consejeros, y el apoyo de todos los momentos. (Carta a Galdós).

Es la persona a quien creo haber querido más en este mundo. Por lo menos la que mejor y más íntimamente ha comunicado conmigo. (Nota a Azorín).

En el sistema patriarcal, el padre es una especie de Zeus tronante, que puede coronar o hundir a sus herederos. Y es casi determinante en el llamado destino femenino. La madre suele estar en otro plano, secundando lo que diga padre padrone. No es este el caso de Pardo Bazán.

La madre se entregó en cuerpo y alma a representar el papel de potente y protector ángel doméstico de las ambiciones de su hija Emilia, comenta Isabel Burdiel en la biografía. También escribe: Aquella niña adoraba a sus padres y era adorada por ellos. 

Cuando se da tal capital emocional en la infancia, se podría decir que es como tener una gran cuenta corriente en Suiza. 

Contra el simplismo y el buenismo 

Deseo de vida, hiedra, selva, ansias de vivir, con estos titulares podríamos definir a la volcánica escritora. Un diamante de 20 caras: conservadora / moderna; elitista / luchadora; devota católica / ferviente feminista; gallega / cosmopolita; mujer / escritora, y más rasgos que podríamos escribir. Evito sumarme a esos opuestos. 

Solo el fenómeno social del simplismo que es letal para la vida, en su simplificación de la persona (valga la redundancia) en el dogmatismo de sus categorías, en el empobrecimiento del ser humano, no puede comprender que una mujer sea, a la vez, católica y feminista, por poner dos rasgos de nuestra escritora. El otro fenómeno del buenismo que vivimos choca con la complejidad humana.

Mundo macho

Con rotundidad denunció la escritora: La educación de la mujer no es educación, sino doma , pues se propone por  fin la obediencia, la pasividad y la sumisión.

Si tuviera que destacar un rasgo en el océano de actividad que fue Pardo Bazán, destacaría su lucha por la educación de las mujeres, siendo ella bombardeada por ser un ejemplo viviente de feminismo. Luchó por ser académica, y le fue negado sistemáticamente serlo. Negativa que adquiría el tono grueso, grosero, de las tertulias machistas de casino. Barbarie, zafiedad, malos instintos, es lo que califica a este comentario del escritor Juan Varela: en el sillón de la Academia no cabría su culo.

Pardo Bazán, fue una élite pero una élite discriminada. Con esta paradoja la analizo, al igual que a relevantes mujeres que triunfaron discriminadamente (empleando un cúmulo de medios que sus homólogos no necesitaron por el mero hecho de ser hombres). Este es el efecto de la violencia simbólica de la masculinidad en el sistema patriarcal, en suma, de la dominación masculina. Si la escritora hubiera sido un hombre, sería académica.

Ella batalló, y pudo contra todo y a pesar de todo. Cumplió el dictum de Michel de Montaigne: Le plus grand art: rester soi-même. El mayor arte es ser uno mismo.

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