OPINIÓN

PERSONAS INCONFUNDIBLES

Cada año, marzo nos trae la celebración del Día Internacional de la Mujer, día internacional desde la celebración en los Estados Unidos de América, en 1909, del Primer Día Nacional de la Mujer.

En 1976, la ONU invitó a todos sus países miembros a reconocer y conmemorar las múltiples contribuciones de las mujeres a sus sociedades, y a promover la toma de conciencia de la situación femenina y sus luchas por vivir en un mundo con menos violencia, menos discriminación y mayor equidad en la distribución de las oportunidades.

En este 2023, el tema del Día Internacional de la Mujer del pasado 8 de marzo ha sido Por un mundo digital inclusivo: Innovación y tecnología para la igualdad de género, en consonancia con el tema prioritario del sexagésimo séptimo período de sesiones de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer:  La innovación y el cambio tecnológico, y la educación en la era digital para alcanzar la igualdad de género y el empoderamiento de todas las mujeres.

En esta ocasión, las Naciones Unidas quieren reconocer a las organizaciones de mujeres y feministas que están luchando por el avance de la tecnología transformadora y por el acceso a la educación digital e investigación de los efectos de la brecha digital de género en el crecimiento de las desigualdades sociales y económicas y alerta sobre la importancia de proteger los derechos de las mujeres y las niñas en los espacios digitales y de abordar la violencia de género en línea y la facilitada por las nuevas tecnologías de la comunicación.

Según reseña la información ofrecida por la ONU, la incorporación de las mujeres a la tecnología permite soluciones más creativas y tiene un mayor potencial para innovaciones que satisfagan sus necesidades y promuevan la igualdad de género. Su falta de inclusión, por el contrario, tiene un costo enorme. ONU plantea que, ante la evidencia de la creciente desigualdad en el contexto de las habilidades digitales, es necesario desarrollar una educación digital e inclusiva y una tecnología transformadora como requisito fundamental para un futuro sostenible.

La proeza por conquistar los derechos de la mujer a lo largo estos siglos ha sido posible gracias al empeño de mujeres inconfundibles que aportaron a la sociedad su acción incansable por cambiar la situación de la mujer. Y queremos destacar tres nombres que los medios nos han hecho próximas en este cercano marzo: María de Echarri, en el acontecimiento que hablaba el pasado 10 de marzo de la inauguración en Madrid de un nuevo Centro de Servicios Sociales, Concejala María Echarri, dedicado a la situación de personas en situación de vulnerabilidad. Nombre que se elige porque ella fue una de las primeras concejalas que, desde el feminismo católico, mejoró las condiciones laborales de la mujer obrera; la historiadora Mª Dolores Gómez Molleda en el homenaje que se le tributó en su pueblo, Colmenar Viejo, con motivo del centenario de su nacimiento, dentro del programa municipal de actos y exposiciones por la Semana de la mujer. Primera mujer catedrática de una facultad de Historia en España, docente, investigadora, escritora incansable, creó e impulsó obras y proyectos de difusión cultural en las que siempre abrió nuevos caminos a otras mujeres. Y la tercera, Mª José Hervás. Nos habla de ella el periodista M. Rafael Sánchez en el artículo que publicó el pasado 19 de marzo en el Diario de Ávila: “…en Pradosegar, se homenajeó a otra mujer increíble: María José Hervás Ocaña. Maestra, concejala, impulsora del Proyecto Cultura y Solidaridad, teresiana seglar, cooperativista… Un montón de vidas en una sola. Hablar de ella es hacerlo de quien tiene unas convicciones humanas, religiosas, sociales tan empoderadas en sí misma, que su vida ha tenido esa guía y ese horizonte: realizarse como persona abriendo caminos de mejora de vida para los demás. Encontrarse con ella es recibir el don de una sonrisa confiada y de un abrazo sincero. Uno va confirmando cómo el valor de la vida propia cobra más sentido por tener alguna participación en la vida de otras personas cuya constatación de vida es inmensa”.

¿Es una casualidad que estas mujeres inscriban sus nombres en el mes de marzo? No, porque forman parte de esas “mujeres y hombres inconfundibles” en palabras de san Pedro Poveda, que se conocen por sus frutos. Fueron formadas en la escuela de este sacerdote, pedagogo y humanista que reconoció a la mujer desde la perspectiva católica como fuerza dinamizadora en la formación integral de las personas y participaron y participan en su obra, la Institución Teresiana, contribuyendo a la educación de la mujer y a su presencia activa y transformadora en la sociedad.

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