Me lo dijo mi madre un día y me hizo gracia, ahora es preocupante. Dijo: “Si un día los chinos empiezan a caminar, tomarán todo el mundo”. Hacía tiempo que China estaba caminando, pero el mundo no se había dado cuenta.
Jugaba ya al Mandarín.
El juego del Mandarín, o damero chino, consiste en ir saltando sobre las fichas del adversario para llegar a ocupar todo su espacio. Es entrar en la casa del otro. Muy significativo porque tanto casa como economía tienen la misma raíz en griego. Entrar en el oikos del contrario para hacerme con su oiknomia, la gestión de sus bienes. Quizá no pretendan cambiar el color de las fichas del contrario (es decir, su supuesto sistema político), pero sí hacer que todos, o muchos de los colores en el fichero, puedan hacerse económicamente camaleónicos.
Ya lo dijo Richard Nixon hace años según describe Ben Stein en The American Spectator refiriéndose a un momento en que Estados Unidos quiso abrir algún tipo de brecha entre China y la Unión Soviética: “Eso funcionó hasta cierto punto. Los rusos siempre habían tenido miedo de China y queríamos que tuvieran un poco más de miedo. Pero China no era la Alemania de Hitler ni el Japón de Tojo. Los chinos quieren ser ricos, no hacer guerras…”
En los últimos meses, el mundo ha visto cómo China ha ido tomando un papel cada vez más relevante en el conflicto de Ucrania… ¿Sólo de Ucrania? Porque parece que la guerra de Ucrania se ha convertido más bien en un pretexto para otras muchas estrategias internacionales, y para que los políticos puedan explicar cosas tan graves como la inflación. Toda la ayuda, disfrazada de humanitaria y justa parece convertirse en un asunto más bien de dinero y, en opinión de algunos analistas políticos, como el Journal of International Affairs así como periodistas españoles, de supremacía tecnológica.
Este juego de estrategias no es nuevo. China se ha aliado con la Unión Soviética en distintos momentos y por razones de ideología. Luego se ha desligado, por razones económicas. Se ha aliado con Estados Unidos en momentos, por razones económicas, pero odia a Estados Unidos por razones ideológicas. Amor ideológico, odio económico; amor económico, odio ideológico. Tiene que hacer alianzas, y a la vez ir fabricando estrategias para apropiarse de lo que odia en unos y ama (o ambiciona) en otros.
Razones (justificadas o no) para los movimientos de ficha:
1. La saga de Taiwan. Si el saltito pacífico y buenista del damero no funciona, quizá sea necesario intentarlo con la guerra. ¿O basta con amenazar? El conflicto se remonta a 1949 cuando los partidarios comunistas de Mao Zedong derrotaron a los nacionalistas de Chiang Kai Shek y establecieron la República Popular China. Desde 1948 dos millones de refugiados se habían instalado en Taiwán. Con ellos se llevaron a casi toda la fuerza aérea, la marina de guerra, las reservas de oro y divisas del Banco Nacional, y todos los objetos o reliquias que se pudieron rescatar y trasladar. Lo que quedaba del gobierno de la República de China de Chiang se estableció en Taiwán y las islas de la costa. En aquel momento, el presidente Truman se negó a reconocer a la República Popular de China, pero descartó proteger a Chiang, ya que la Guerra de Corea había convencido a Truman de que Mao era el agresor que actuaba en coordinación con Moscú.
Ahora Taiwan está en conflicto abierto con China desde la llamada Crisis de Formosa del 54-55, Estados Unidos, que siempre había defendido a Taiwan, propuso la neutralidad del estrecho al ver que iba a ser imposible que Chiang Kai Shek recuperara la China continental (comunista). En aquel momento, se barajó la opción nuclear, pero se descartó porque la situación mundial era demasiado crítica para eso. Ni China ni Taiwan se han resignado nunca a ser dos países distintos. Pero ahora China intensifica la presión y Estados Unidos reafirma su defensa de Taiwan. Las visitas de mandatarios estadounidenses a Taiwan en los últimos tiempos, ya en medio del conflicto de Ucrania, no han hecho nada, en opinión de China, para apaciguar los ánimos ni para buscar un camino de conciliación no violento. Y entonces, ¡más amenazas! Últimamente, Taiwan ha denunciado la incursión de 71 cazas chinos en su espacio aéreo. Y China, además, ha aumentado su presupuesto militar. Estados Unidos y Filipinas han comenzado maniobras navales de gran alcance. ¿Por qué no ha pasado China ya al ataque de Taiwan? Básicamente, parece ser, porque China aun no está a la altura tecnológica de Taiwan y de Estados Unidos y por lo tanto, no siente que pueda salir vencedora. Y ahora, sorprendentemente, asegura Estados Unidos que cree en una única China, mientras que le vende a Taiwan material militar por valor de 440 millones de dólares.
2. Los países de Oriente Medio, Brasil, la moneda, el petróleo y el oro. En el plano de la ideología, quizás pueda parecer que los países islámicos son todo lo contrario a la ideología comunista de China. Se unen en lo totalitario. Pero aquí interesa mucho más la economía. El petróleo de Irán puede ser más fuerte que cualquier idea. Además, el comercio de China con ciertos países puede enfurecer a Estados Unidos. Y China lo sabe bien. El tratado entre Irán y Arabia Saudí, perseguido a menudo por Estados Unidos y nunca conseguido, y ahora logrado por China es un punto importante, a la vez que alarmante, en el proceso de aislamiento a Estados Unidos. Y, para colmo, China y Brasil y los países de Oriente Medio están tramando la imposición de una moneda digital, lo cual supondría una vía abierta a un mayor control social por parte de los gobiernos.
3. La tecnología. Si bien China ha avanzado mucho en estos últimos tiempos, sabe bien que aún le falta mucho para alcanzar a Estados Unidos en avances, preparación y equipo. Y, para convertirse en primera potencia (que es, en el fondo, lo que se persigue), a China le hace falta tener ese poderío tecnológico en el que va algo por detrás de Corea y Japón.
4. El Tiktok, los globos, Hunter Biden y otras tonterías no tan tontas. Estados Unidos prohíbe a sus funcionarios utilizar Tiktok, porque según dice, podría ser un arma de espionaje. China acusa a Estados Unidos de discriminación y ha pedido que Estados Unidos respete los principios de la economía de mercado y la competencia justa. (¡Qué casualidad que esto sea también un asunto económico!) Y añaden que forzar la venta de Tiktok dañará la confianza de inversores de todo el mundo, (juego del Mandarín, entrar en las casillas de todos los demás.) Dice USA que derriba globos que parecen contener tecnología de espionaje, y China asegura que eran sondas meteorológicas, y por su parte, derriba drones americanos.
Hunter Biden niega tener negocios con China (e, irónicamente, también con Ucrania) y la evidencia demuestra que sí los tiene, poniendo así a su padre (que asegura no tener idea de nada) en un pequeño o grande aprieto con Rusia, China, Ucrania y toda la ciudadanía estadounidense. Y esto también es un asunto económico, porque Biden niega que su familia haya recibido más de un millón de dólares en pagos de cuentas relacionadas con el socio comercial de Hunter Biden, Rob Walker y sus empresas comerciales chinas, a pesar de que los registros financieros indican lo contrario.
5. ¡Ucrania! Parece lo más importante y central, y quizá lo sea. Pero, ¿a alguien le importa Ucrania de verdad? Pero, lo que es más importante, es que ha sido el detonante que ha hecho que sonaran todas las alarmas para que todos los problemas latentes (y todos los deseos chinos) entraran en ebullición. Desde un principio, el mundo miraba expectante a los movimientos de China respecto a Rusia. Una alianza entre los dos países podría ser peligrosísima en el difícil equilibrio mundial. China ya tiene parte de África y gran parte de Asia bajo su control económico; el bloque de los países del Foro de Sao Paulo se inclinaría por el apoyo, la alianza dejaría a la OTAN aislada o más bien a Estados Unidos, porque Europa probablemente se incline a quien más gane.
Es decir, un ensayo general de III Guerra Mundial. Desde el comienzo de la guerra, Rusia ha estado pidiendo a China armamento y se sospecha que Pekín estaría considerando entregar a Rusia drones y munición. Estados Unidos advierte del peligro que puede tener para la propia China el hacer tal cosa. Y ahora, China presenta un plan de paz, algo vago, repetitivo y sin muchas concreciones para Ucrania en el que asegura que no hay ganadores en la guerra.
Pero un tratado que, tanto Macron (por fuertes intereses económicos para Francia), como Ursula ven der Leyden no sorprende, (también con intereses económicos). También Sánchez se entrevistó con Xi Jingpin, y también, ¿cómo no? por razones de economía disfrazadas de intereses humanitarios. Para colmo, se sabe ahora de las filtraciones de documentos norteamericanos sobre la capacidad armamentística de Ucrania que se está agotando. Ucrania pide más armas y mientras tanto Rusia recuerda los acuerdos del momento del desmembramiento de no surtir de armas a los países separados en caso de conflicto de unos por otros.
Algunos puntos del plan de paz de China:
– Respetar la soberanía de todos los países en el marco de los principios de la Carta de Naciones Unidas.
– Abandonar la mentalidad de Guerra Fría.
– Adhesión a un concepto de seguridad “común, integral, cooperativo y sostenible” y promover una arquitectura de seguridad equilibrada en el continente euroasiático.
– Detener las sanciones contra Rusia.
– La reunión de Rusia y Ucrania para un diálogo directo.
– Iniciar conversaciones de paz.
– Oponerse al empleo estratégico y a las amenazas de uso de armas nucleares y al uso de armas biológicas y químicas.
– Mantener la seguridad de las centrales nucleares en Ucrania
– Resolver la crisis humanitaria de Ucrania bajo el amparo de las Naciones Unidas, proteger a los civiles y prisioneros de guerra y garantizar la exportación de granos.
– China se ofrece dispuesta a brindar asistencia y desempeñar un papel constructivo en la reconstrucción de posguerra (es decir, hacerse con la economía del país mediante ayudas impagables).
Pero, en esta lucha, nadie cede. Porque si Putin es terco, Zelensky no le va a la zaga. El ministro ruso de Asuntos Exteriores, Sergeui Lavrov consideró este jueves en Ankara que son posibles negociaciones de paz en Ucrania en un nuevo orden mundial siempre y cuando se tengan en cuenta los intereses justos de Rusia. Que sea tal nuevo orden mundial no queda claro. Un nuevo orden mundial determinado ¿exactamente, por quién? ¿O se refieren a la agenda 2030? En rueda de prensa, el ministro de defensa ruso culpó a los países occidentales, y a Estados Unidos, de no permitir que Ucrania se siente a la mesa de negociaciones de paz. Posiblemente esto no sea del todo verdad, pero resulta algo sospechoso el que, en esta guerra, sea precisamente Estados Unidos quien se haya beneficiado más del negocio del gas. Zelensky, por su parte, avisa de una guerra mundial si se produce una alianza entre China y Rusia.
Aunque Xi Jinping con su plan de paz clame por un final de la Guerra Fría, el juego del Mandarín, saltando una y otra vez sobre las fichas contrarias lo que hace es debilitar y dividir a Occidente. Y parece estar dando resultado. Y no es que China esté en su mejor momento económico, laboral o tecnológico… Pero ya se sabe que no hay mejor defensa que un buen ataque. No se sabe lo que habrá pensado sobre el último acontecimiento del grupo mercenario Wagner y la debilitación de Rusia, pero posiblemente también apoye a Putin para fortalecerse más.
Ya no me hace ninguna gracia el comentario de mi madre sobre la Marcha China, pero tenía razón.
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