El jueves 24 de abril, diversos medios informaban sobre la llegada de una veintena de migrantes a la playa de la Victoria en la ciudad de Cádiz. No es la primera vez que esto sucede ya que, si buscamos en los archivos, estas llegadas se han repetido a lo largo de estos últimos años. Quizá lo significativo sea la descripción que una testigo del hecho hace de esta llegada: “Algunas de las personas que venían en la patera han besado la arena al desembarcar”. Este beso a la arena es un beso a la vida, porque también el mar en estas playas del Sur ha devuelto a esta arena los cuerpos de los que se embarcaron buscando nuevas oportunidades.
Las noticias sobre las continuas llegadas de migrantes a los países del Sur nos hablan de la generosidad de los que los acogen, pero también de la crueldad de las mafias que los lanzan al mar en condiciones extremas de peligrosidad. La noticia permanente de esta llegada no nos puede hacer insensibles ante las condiciones de vida que provocan estos éxodos. Urge la regulación europea y la realización de una adecuada política migratoria.
Por ello, los países de Chipre, Grecia, Italia, Malta y España (MED5) se reunieron los días 19 y 20 de abril, en el marco de la séptima reunión ministerial celebrada en Las Palmas, donde han reafirmado su voluntad de seguir defendiendo conjuntamente su visión compartida de la política migratoria y de asilo. Y así lo han expresado en la Declaración Común del MEd5.
En dicha declaración reconocen el Pacto sobre Migración y Asilo y se comprometen con su implementación, instando a que este Pacto se aplique de modo eficaz y eficiente, de acuerdo con los “principios de responsabilidad compartida y solidaridad adecuada, tangible y efectiva”.
Resaltan en esta Declaración como los países del MED5 mantienen su compromiso con la gestión de las fronteras exteriores de acuerdo con el Derecho Internacional, principios y valores de la Unión Europea y protección de los derechos fundamentales, pero compromiso que no se opone a la actuación de Búsqueda y Salvamento(SAR) y al cumplimiento de las obligaciones internacionales, sino que estas son confirmadas por el mecanismo de solidaridad que se ha incorporado en el nuevo Reglamento sobre Gestión del Asilo y la Migración(AMMR).
En dicho documento, se plantea también la flexibilidad que deben de acompañar las realidades fronterizas de estos países que pueden cambiar con el tiempo y se debe de atender, por tanto, la singularidad de estas fronteras y cómo los planes de aplicación de esta normativa a escala de la Unión Europea deben ser equilibrados.
Se menciona también con esperanza para los países MED5 la Conferencia Ministerial sobre Asilo y Migración que se celebrará en Gante a finales de abril, así como el Consejo de Ministros para asuntos de Interior de la UE del 13 de junio.
En el análisis que se hace de la dimensión externa de la migración, se señala la necesidad de abordar las causas profundas de esta y se insiste en la ayuda a los países de origen y tránsito, desarrollando sus capacidades de apoyo a las comunidades locales de acogida.
Piden también a la UE que siga apoyando la lucha contra el contrabando, el crimen organizado y el terrorismo así como una mayor cooperación en el ámbito de los retornos y se urge a la necesaria financiación que cubra las necesarias medidas de solidaridad, que incluyen las infraestructuras, los equipos, el personal y la formación.
Esta declaración de los MED5 fue precedida de la nota que el 10 de abril ofrecía la oficina de prensa del Parlamento Europeo con estos titulares: “El Parlamento da luz verde a la nueva legislación sobre migración y asilo”.
Y estas las cuestiones tratadas en los diez textos legislativos que sobre política europea de migración y asilo fueron aprobados por el Parlamento Europeo, según el acuerdo hecho con los Estados miembros en diciembre:
•Examen más rápido de las solicitudes de asilo, también en las fronteras de la UE, y retornos más efectivos.
•Mejora de la identificación a la llegada y controles sanitarios, de seguridad y de vulnerabilidad obligatorios para quienes entren irregularmente en la UE.
•Los Estados miembros pueden elegir entre hacerse responsable de solicitantes de asilo, aportar dinero o prestar apoyo operativo.
•Mejor respuesta en situaciones de crisis y nuevo plan voluntario de reasentamiento de refugiados desde terceros países.
La aplicación de estos reglamentos, según se dice en el informe, se hará en el plazo de dos años y los Estados miembros dispondrán de dos años para introducir los cambios en sus legislaciones nacionales.
Ante estos avances, cabe preguntarse por la lentitud en la aplicación de estos marcos legales, porque mientras tanto, mañana, el beso a la vida sobre la arena de la playa puede convertirse en la entrega que nos hace el mar de una vida o muchas vidas rotas. ¿Dónde está nuestra solidaridad y responsabilidad?
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