El 16 de mayo, las noticias de los medios daban a conocer el atentado sufrido por el primer ministro eslovaco, Robert Fico, el 15 de mayo, y lo calificaban de muy grave. El atentado sucedió cuando Fico que ganó las elecciones en 2023 saludaba a varios ciudadanos después de una reunión de gobierno.
Curiosamente, el mismo día, se dio a conocer por la oficina de prensa La estrategia Europea de Seguridad. Una Europa segura en un mundo mejor. En el prefacio, Javier Solana, Secretario General del Consejo de la UE/Alto Representante de la Política Exterior y de Seguridad Común, recuerda cuándo fue el inicio de esta Estrategia, diciembre del 2003, y cómo era la primera vez que la Unión Europea se ponía de acuerdo para realizar una evaluación conjunta de las amenazas y establecer objetivos comunes que promovieran sus intereses de seguridad partiendo de los valores básicos europeos.
Cinco años después, diciembre de 2008, presentó ante el Consejo Europeo un informe de aplicación de la estrategia por encargo de los Jefes de Estado, Ofrecer seguridad en un mundo en evolución, pero en este momento, 2024, expresa que se siguen teniendo delante numerosos desafíos de gran complejidad en un mundo que cambia con rapidez y estos son los que el citado informe presenta el 15 de mayo de 2024:
– Amenazas y retos de gran complejidad a los que se enfrenta Europa como son los conflictos en Oriente Próximo.
– El fracaso de los Estados que afecta a la seguridad en forma de delincuencia, de inmigración ilegal y, en los últimos tiempos de hechos de piratería.
– El terrorismo y la delincuencia organizada.
– El avance del programa nuclear iraní que representa un peligro para la estabilidad de la región y para el conjunto del sistema de no proliferación.
Y junto a estos, la vulnerabilidad de los sistemas de información y el suministro energético, el calentamiento planetario y la degradación del medio ambiente que alteran la faz del planeta. A estos se añaden el hecho de la mundialización que acelera los vaivenes de poder y pone de manifiesto las diferencias de valores y también las turbulencias financieras que han sacudido tanto a las economías desarrolladas como a las que están en desarrollo, pero, a pesar de todo se afirma la esperanza de que Europa hará frente a los nuevos retos.
Se manifiesta también que la UE está contribuyendo a hacer un mundo más seguro y sus argumentos son las acciones realizadas a favor de la reducción de la pobreza y las desigualdades, promoción del buen gobierno y de los derechos humanos, la ayuda al desarrollo y el abordaje de las causas profundas de los conflictos y la seguridad. Se recuerda cómo en la última década, la política europea de seguridad y defensa, ha adquirido experiencia y capacidad, desplegando más de 20 misiones en respuesta a situaciones de crisis, que van desde la pacificación tras el tsunami en Aceh, hasta la protección de los refugiados en el Chad.
Pero avisa de que no nos podemos quedar en los logros obtenidos: “Si queremos proteger nuestra seguridad y responder a las expectativas de nuestros ciudadanos, debemos estar en condiciones de determinar los acontecimientos. Ello supone un pensamiento cada vez más estratégico, a la vez que una mayor eficacia y perceptibilidad de nuestra actuación en todo el mundo. Obtenemos los mejores resultados cuando actuamos de manera oportuna y coherente, con el respaldo de las capacidades necesarias y el apoyo sostenido de la opinión pública”.
Y se precisa este requisito: “Para lograr dar soluciones duraderas a los conflictos, es preciso aglutinar a todos los interlocutores regionales que tengan un interés común en la paz. Los Gobiernos soberanos deberán asumir la responsabilidad de las consecuencias de su actuación y la responsabilidad compartida de proteger a sus poblaciones del genocidio, los crímenes de guerra, la limpieza étnica y los crímenes contra la humanidad”.
Se manifiesta en el Informe la necesidad de que los países se atengan a los principios fundamentales de la Carta de las Naciones Unidas y a los principios y compromisos de la OSCE y se reconoce que la aplicación de la Estrategia Europea de Seguridad es un trabajo en curso que para realizarlo necesita nuestra capacidad, coherencia y acción. Y me permitiría añadir el diálogo, un diálogo que tenga en cuenta el bien común y no los bienes individuales.
¿Cómo hacer que todas estas buenas intenciones sean conocidas por el/la ciudadano/a de a pie de la Unión Europea?
Ante las próximas elecciones europeas del 6 al 9 de junio de 2024, hay preocupación por el voto de los jóvenes que son los que van a realizar el sueño de los valores de los llamados Padres de la Unión Europea.
¿Podremos seguir afirmando con Schuman que la razón de ser de Europa es la solidaridad y la cooperación internacional?
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