
Autor: JOAQUIN PEREZ AZAUSTRE


LA MELANCOLÍA DEL YO

ASOMBRO Y DESENCANTO DE JORGE BUSTOS

EN LA MUERTE DE CABALLERO BONALD
Con José Manuel Caballero Bonald muere también un mundo que todavía creía en sus escritores. Pero se va además o languidece una idea distinta de lo que el escritor era y su posible encaje en la sociedad: el mensaje tenía destinatarios. Ahora, en cambio, todo es una polifonía abrupta de voces encrespadas, con libros o sin libros de por medio, porque ya no hace falta, en la que cada una legitima su propio valor por el mero hecho de existir.

LA POLARIZACIÓN HA VENIDO
La polarización ha venido y nadie sabe cómo ha sido. Disculpen la licencia primaveral becqueriana, porque sí lo sabemos, y también lo sufrimos, demasiado bien: ha sido un empeño demorado y atento, concienzudo y a prueba de cualquier matiz, para reubicar nuestro temperamento político afectivo. Esta eliminación de tonos grises puede que no esté tanto en la vida como en el espectáculo de los representantes que en la vida nos hacen percibir su eco melancólico. Se han eliminado los matices, esas notas menudas y acertadas que son el pie de página vital de cualquier narración.

ATOCHA, MONUMENTO DE VIDA
No ha habido ni una vez que haya pasado por ese monumento de piedra en el abrazo sin pensar que estan vivos. Es imposible, o a mí me ha resultado imposible creer que ese bloque de roca en Antón Martín, emergiendo con fuerza de irrupción granítica, es sólo un monumento inspirado en el cuadro famoso de Juan Genovés, El abrazo, ese mismo lienzo que representó la Transición y había sido pintado y concebido pensando en la amnistía. Amnistía, libertad.

LA CONQUISTA DEL PÁRAMO
Nuestro páramo ha muerto. ¡Viva el páramo! Desde esta analogía entre la sombra hundida del monarca despedido en la muerte y la nueva figura que surgirá entre salvas, con su corona en ciernes sobre el trono, podemos contemplar el viaje de tendencia más potente y sorpresivo de nuestra penúltima literatura.