EL HOLLYWOOD MÁS PESIMISTA Y DESCONFIADO

Este ha sido un año convulso y difícil para la industria americana del cine. Pensemos, por ejemplo, en las suspensiones de rodajes a causa de la pandemia, los cierres temporales o definitivos de salas de cine, el tenso y crispado tramo final de la presidencia de Donald Trump, o la guerra latente pero creciente entre las plataformas de televisión. Todos ellos son factores que de alguna manera han tenido que influir en el ánimo de los académicos a la hora de votar las candidaturas a los Óscar de este año.

¿EL ESPECTÁCULO YA NO DEBE CONTINUAR?

Asistimos desde hace varias décadas al goteo imparable de cierre de salas de cine en España. Aunque llevamos un par de años estables, lo cierto es que la tendencia es clara. En 2017 quedaban en Madrid capital el 18% de los cines que había en 1969. De la Barcelona de los sesenta a hoy han desaparecido 132 cines de barrio. Las razones del descenso varían en cada periodo y son claramente objetivables. Pero el momento actual parece el más grave de todos.

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