LA POLARIZACIÓN HA VENIDO

La polarización ha venido y nadie sabe cómo ha sido. Disculpen la licencia primaveral becqueriana, porque sí lo sabemos, y también lo sufrimos, demasiado bien: ha sido un empeño demorado y atento, concienzudo y a prueba de cualquier matiz, para reubicar nuestro temperamento político afectivo. Esta eliminación de tonos grises puede que no esté tanto en la vida como en el espectáculo de los representantes que en la vida nos hacen percibir su eco melancólico. Se han eliminado los matices, esas notas menudas y acertadas que son el pie de página vital de cualquier narración.

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