La figura de Rafa Nadal nos sale continuamente al encuentro en las pantallas o en las imágenes de los medios. Sus éxitos deportivos se hacen nuestros éxitos y su figura en la cancha de tenis nos devuelve la alegría y la esperanza debilitada en este complejo tiempo de la pandemia que todavía nos envuelve, pero si estos hechos nos ayudan, hay otros hechos que nos revelan su carácter solidario y que nos hablan de los valores humanos que lo constituyen y que permiten intuir un futuro mejor, porque el futuro se construye a través de la educación y Rafael Nadal ha unido en su acción solidaria dos ejes fundamentales para el desarrollo armónico de niños y adolescentes: educación y deporte, a través de la fundación creada por él y que cuenta con doce años de existencia.